A pesar de que la humanidad ha pasado a lo largo de su historia diversas crisis, nunca antes se había enfrentado a una en donde los problemas sean suscitados por la misma mano del hombre; el cambio climático es un problema serio y las juventudes activas son la esperanza para generar posibles soluciones, consideró la bióloga e investigadora Julia Carabias en FIL Guadalajara.
Este viernes en 'Mil jóvenes con Julia Carabias', la ambientalista mencionó que se viven momentos complejos de grandes retos por la crisis económica, ambiental y hasta cultural, que obligan a repensar en qué se tiene que hacer para generar un cambio. Dijo que a falta de voluntad política, porque ha prevalecido el interés particular por el bien común, es urgente que las sociedades se organicen y actúen.
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"Las sociedades no están organizadas, no tienen todavía una información suficiente que haga que la gente se involucre y tome una decisión para actuar. Eso es una responsabilidad que tenemos todos para hacer y creo que con la juventud es donde están las grandes esperanzas de poderlo hacer".
Manifestó que algunos de los grandes problemas a los que nos enfrentamos, y que hacen particular la crisis actual del mundo en comparación a las otras, es que nunca habíamos tenido antes tanta gente en el planeta (somos 8 mil millones); la prevalencia de una cultura de consumismo; y la intervención humana en el funcionamiento de los sistemas biológicos, físicos y químicos, que llevan a cruzar niveles irreversibles.
Sin embargo, expresó que en contraparte tampoco había habido tanta información, conocimientos y capacidad científica para entender lo que pasa y lo que se vendrá, y que tampoco había existido una masa de jóvenes interesada con la capacidad de poder actuar para tratar de revertir los problemas actuales y los que se vienen.
"El futuro deja de ser ya una cuestión de imaginación, el futuro tiene la base científica para poder entenderlo y el futuro hoy es una obligación de pensar en él para salir adelante de las crisis".
Recordó que si seguimos como hasta ahora se pueden perder un millón de especies de las 7 millones de plantas y animales que se estima existen en el mundo, por lo que llamó a entrarle a los cambios en la estrategia energética, en el tema alimentario, en la dinámica de ciudades y en la conservación de la biodiversidad.
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"Yo no tengo duda de que todo tiene solución. A lo mejor no sabemos cuál es exactamente el caminito, pero no hay recetas de cocina, cada sociedad tendrá que hacer sus ajustes. Todos estos problemas los creamos los humanos y está en manos de los humanos el resolverlos, y por lo tanto con una organización, con la educación, con la fuerza desde las universidades y con la democracia. Estoy segura que podemos cambiar el rumbo. No está fácil el reto, todo está frágil en nuestras sociedades, pero no hay nada en lo cual no podamos incidir".