La caricatura política no debe ser militante de ningún partido puede encabezar causas y, sobre todo, debe sujetarse a las mismas reglas que los periodistas en cuanto a la ética profesional, señalaron caricaturistas al participar en la Feria Internacional del Libro (FIL).
Con el tema de “La caricatura política. ¿un compromiso militante?, los moneros, como también se les conoce, Juan Alarcón, Rictus, Gonzalo Rocha, Teta, Jorge Luis Flores Manjarrez y Chavo del Toro, coincidieron en que no se les puede encasillar en que son militantes políticos.
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En el caso de Alarcón, vestido de árabe y utilizando como traductor el muñeco de un pájaro azul llamado “hilo”, haciendo referencia a la red social Twitter, mencionó que “la caricatura no debe de ser jamás militante y esto de la ética es algo que los caricaturistas” no la toman tan en serio.
Mientras que el monero Fer, dijo que es un tema complicado porque a él la palabra militancia le suena “a militar y no creo que exista algo más antimilitar que el humor, es cierto nuestro trabajo tiene mucho que ver con el periodismo y se tiene que atener a las éticas del periodismo, pero desde el momento en que entra el humor la rigidez de un concepto de militancia se pierde”.
Al cuestionarlo si las caricaturas pueden encabezar una causa específica mencionó que sí y “siempre tiene que ver con las causas más justas y mientras no se pierda de vista eso, porque la palabra militar me suena como a militar en un partido y cuando militas en un partido no importa si el partido la riega tienes que seguir con esa disciplina y lineamientos”.
Dijo que nunca ha militado en ningún partido y no lo piensa hacer “a menos que sea el partido de los baquetones o perezosos, que no se dediquen a otra cosa que no hacer nada, es muy complicado, porque en el sexenio pasado tenían al PRI como el enemigo común y hoy en día es difícil porque si bien no pierdo de vista que hay muchas cosas que no me cuadran dentro de este gobierno, si trato de que el mensaje que transmito no sea tomado o entre en las lógicas” de la derecha o la izquierda.
Es por eso que, mientras la ética sea para hablar del bien común, su trabajo va más allá de la militancia.
En el caso de Manjarrez indicó que la caricatura tiene una libertad total, en donde no caben los trabajos por encargo, ya que desde su punto de vista el caricaturista no puede ser juez y parte, es una opinión personal en donde va su firma de por medio y no pueden ser ellos responsables de algo que les dicte el editor.
Por ello, aseguró que “uno como caricaturista militar en un partido o una línea política lo que se blofaba ser un títere” sólo porque les pagan en el medio.
El caricaturista conocido como Teta indicó que es necesario tener en cuenta que la caricatura es una opinión y “parte de posturas políticas que tenemos y eso conlleva una o que estés de un lado o de otro y que tu opinión sea hacia la defensa o no, el ataque o no de cierto proyecto político”.
Al hablar el caricaturista Rictus indicó que su trabajo se encuadra como un género periodístico más, por lo que deben tenerlo claro y “ejercer nuestra profesión como lo dictan las leyes del periodismo, un caricaturista editorial debe moverse bajo las reglas que hay dentro de él. Pero dentro de esta militancia hay muchos tipos como la política, pero también causas no políticas en las que pueden militar y defenderlas".