/ lunes 4 de septiembre de 2023

José de Jesús González: Más de 50 años dedicados a cantar en ceremonias religiosas

Una canción lo conectó con astronautas de la NASA

¿Se puede vivir del oficio de cantor religioso? José de Jesús González Lemus dice que sí, con una trayectoria de más de 50 años que inició a la temprana edad de nueve años en un pequeño poblado de Jalisco llamado Temastián, don José de Jesús compartió en plática con El Occidental cómo forjó esta carrera, la cual a base de mucho esfuerzo le ha dado las herramientas suficientes para establecer una vida en Guadalajara y pagar la educación de siete hijas utilizando únicamente su voz y sus manos como instrumentos de trabajo.

Una vez jubilado y practicando de vez en cuando piezas musicales en su órgano, su familia le dio la idea de escribir su autobiografía y publicarla, pues a lo largo de esta trayectoria ha reunido anécdotas de toda clase, pero la que más le gusta recordar es cuando recibió una carta por correo desde las oficinas de la Nasa (National Aeronautics and Space Administration) debido a una canción que escribió para ellos.

Te recomendamos:

Su profesión lo ha llevado a tocar misas en algunos de los templos más importantes de Guadalajara como la Parroquia El Sagrario Metropolitano, Santuario San José de Gracia, Templo de Nuestra Señora de la Merced, Templo de San Agustín, Templo de Santa Mónica, Templo y Convento Franciscano de San Francisco de Asís, Templo de Nuestra Señora de Aranzazú y en la mayoría de los templos que se ubican en la Zona Centro de la ciudad, dice que solo le falta tocar en la Catedral de Guadalajara, pero aún no pierde la esperanza de cumplir ese sueño.

Cómo era la vida del músico religioso

Aunque trabajar en su pasión era gratificante, también implicaba sacrificar tiempos en familia, pues debía cubrir determinada cantidad de misas al día “Los domingos tocaba nueve misas y de lunes a viernes me encargaba de la música de las misas de 7:00 y 8:00 de la mañana y 7:00 y 8:00 de la noche, más las misas que iban cayendo”.

El profesor Lemus, como lo llaman cariñosamente, conoció por primera vez las notas musicales y el canto en su primaria, gracias a un maestro de nombre Luis Miguel Márquez, quien tenía como objetivo formar un coro, “El maestro iba recorriendo grupo por grupo y escogiendo a los niños que cantaban mejor, nos ponía a cantar un corito conocido y él se iba fijando quiénes entonaban bien, seleccionó a unos veinte”.

Don José recuerda con alegría sus clases de solfeo y vocalización a los nueve años. Foto. José de Jesús González | Cortesía

Con 82 años de edad, don José recuerda sus clases de solfeo, vocalización y sobre todo sus clases de piano, donde existía la leyenda de que al terminar determinado método en una hora la persona podía considerarse un pianista virtuoso, “Una tarde dije ‘pues voy a probar’ empecé el método a ver si lo alcanzaba a terminar en el tiempo que decía ahí y pues sí lo terminé y me sentí orgulloso, no como un pianista virtuoso, pero sí satisfecho”.

Una canción lo comunicó con la Nasa

Sobre cómo logró comunicarse con la Nasa, don José platica que todo surgió a partir de que escuchó en la radio que los astronautas planeaban una excursión a la luna “Me dije ‘voy a hacer un corito a ver si me sale’, entonces hice el corito para los astronautas del Apolo VIII y a cada uno le mandé su partitura en español e inglés y me contestaron con una tarjeta que llevaba la firma de los tres astronautas”.

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Es considerado como uno de los mejores cantores y organistas de Guadalajara. Foto. José de Jesús González | Cortesía

Sus vivencias en papel

Con el apoyo de su familia y ya retirado de tu carrera como cantor y organista compositor, don José de Jesús dejó por un tiempo sus prácticas en el órgano de su casa para dedicarse a escribir su trayectoria y anécdotas en un libro que compila los momentos más especiales de su vida, desde su infancia en el poblado de Cocuasco hasta las múltiples puertas que tuvo que tocar en Guadalajara antes de que su trabajo fuera conocido y lo consideraran como uno de los mejores cantores y organistas de Guadalajara.

La presentación de su libro “La música, el lenguaje del alma” se llevará a cabo el viernes 8 de agosto en el Auditorio del Archivo Municipal de Guadalajara a las 5:00 de la tarde. Dentro de las actividades se tiene contemplada una lectura en voz alta de uno de los pasajes y la firma de libros para aquellas personas que gusten adquirir el libro del músico.

¿Se puede vivir del oficio de cantor religioso? José de Jesús González Lemus dice que sí, con una trayectoria de más de 50 años que inició a la temprana edad de nueve años en un pequeño poblado de Jalisco llamado Temastián, don José de Jesús compartió en plática con El Occidental cómo forjó esta carrera, la cual a base de mucho esfuerzo le ha dado las herramientas suficientes para establecer una vida en Guadalajara y pagar la educación de siete hijas utilizando únicamente su voz y sus manos como instrumentos de trabajo.

Una vez jubilado y practicando de vez en cuando piezas musicales en su órgano, su familia le dio la idea de escribir su autobiografía y publicarla, pues a lo largo de esta trayectoria ha reunido anécdotas de toda clase, pero la que más le gusta recordar es cuando recibió una carta por correo desde las oficinas de la Nasa (National Aeronautics and Space Administration) debido a una canción que escribió para ellos.

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Su profesión lo ha llevado a tocar misas en algunos de los templos más importantes de Guadalajara como la Parroquia El Sagrario Metropolitano, Santuario San José de Gracia, Templo de Nuestra Señora de la Merced, Templo de San Agustín, Templo de Santa Mónica, Templo y Convento Franciscano de San Francisco de Asís, Templo de Nuestra Señora de Aranzazú y en la mayoría de los templos que se ubican en la Zona Centro de la ciudad, dice que solo le falta tocar en la Catedral de Guadalajara, pero aún no pierde la esperanza de cumplir ese sueño.

Cómo era la vida del músico religioso

Aunque trabajar en su pasión era gratificante, también implicaba sacrificar tiempos en familia, pues debía cubrir determinada cantidad de misas al día “Los domingos tocaba nueve misas y de lunes a viernes me encargaba de la música de las misas de 7:00 y 8:00 de la mañana y 7:00 y 8:00 de la noche, más las misas que iban cayendo”.

El profesor Lemus, como lo llaman cariñosamente, conoció por primera vez las notas musicales y el canto en su primaria, gracias a un maestro de nombre Luis Miguel Márquez, quien tenía como objetivo formar un coro, “El maestro iba recorriendo grupo por grupo y escogiendo a los niños que cantaban mejor, nos ponía a cantar un corito conocido y él se iba fijando quiénes entonaban bien, seleccionó a unos veinte”.

Don José recuerda con alegría sus clases de solfeo y vocalización a los nueve años. Foto. José de Jesús González | Cortesía

Con 82 años de edad, don José recuerda sus clases de solfeo, vocalización y sobre todo sus clases de piano, donde existía la leyenda de que al terminar determinado método en una hora la persona podía considerarse un pianista virtuoso, “Una tarde dije ‘pues voy a probar’ empecé el método a ver si lo alcanzaba a terminar en el tiempo que decía ahí y pues sí lo terminé y me sentí orgulloso, no como un pianista virtuoso, pero sí satisfecho”.

Una canción lo comunicó con la Nasa

Sobre cómo logró comunicarse con la Nasa, don José platica que todo surgió a partir de que escuchó en la radio que los astronautas planeaban una excursión a la luna “Me dije ‘voy a hacer un corito a ver si me sale’, entonces hice el corito para los astronautas del Apolo VIII y a cada uno le mandé su partitura en español e inglés y me contestaron con una tarjeta que llevaba la firma de los tres astronautas”.

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Es considerado como uno de los mejores cantores y organistas de Guadalajara. Foto. José de Jesús González | Cortesía

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Con el apoyo de su familia y ya retirado de tu carrera como cantor y organista compositor, don José de Jesús dejó por un tiempo sus prácticas en el órgano de su casa para dedicarse a escribir su trayectoria y anécdotas en un libro que compila los momentos más especiales de su vida, desde su infancia en el poblado de Cocuasco hasta las múltiples puertas que tuvo que tocar en Guadalajara antes de que su trabajo fuera conocido y lo consideraran como uno de los mejores cantores y organistas de Guadalajara.

La presentación de su libro “La música, el lenguaje del alma” se llevará a cabo el viernes 8 de agosto en el Auditorio del Archivo Municipal de Guadalajara a las 5:00 de la tarde. Dentro de las actividades se tiene contemplada una lectura en voz alta de uno de los pasajes y la firma de libros para aquellas personas que gusten adquirir el libro del músico.

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