/ domingo 4 de junio de 2023

FICG: Allá, cartas al corazón promete remover emociones entre sus espectadores

La cinta se presentó sábado en el Cineforo del Festival de Cine

La Directora Monserrat Larqué, junto a Pablo Molina, Pablo Astiazarán y todo su gran equipo, encontraron en un poblado escondido de Jalisco, la oportunidad de filmar su nueva cinta llamada "Allá, cartas al corazón", largometraje que se presentó en el Cineforo, dentro del marco del Festival Internacional de Cine de Guadalajara.

Es la propia directora y sus actores estelares, quienes platican con EL OCCIDENTAL acerca de esta nueva historia, la cual es capaz de ocasionar sensaciones de diversos tipos, pues bien puedes llorar, reír y hasta identificarte con alguno de sus personajes, además de explicar a detalle como fue que se eligió la locación en Jalisco y sus sensaciones por este nuevo reto.

Te recomendamos:

El Occidental: Monserrat Larqué, háblannos de esta gran historia que no deja una "ensalada de emociones"

Monserrat Larqué: Lágrimas y risas. Esta es una historia que empecé a escribir hace varios años, es mi primera película, estoy muy emocionada, he trabajado a todo vapor durante mucho tiempo para sacarla adelante muy acompañada. O sea, un Director no es nada sin la gente que se rode, esa es una de las grandes cosas que uno debe de aprender a hacer como Director, saber elegir con la gente que te rodeas y el equipo que se conformó para esta película, ayudó para que tuviéramos ese resultado.

Desde el fotógrafo pasando por todos otros los departamentos. Este guion está tan cargado de emociones que tido mundo lo leía y ya todo mundo sabía hacia donde iba la historia. La verdad es que tiene como un ángel ese guion que nos ayudó a que todos nos pusieramos la camiseta de la película para impulsarla y hagamos un equipo muy cohesionado. Fue muy emotivo estar filmando

El Occidental: ¿Cómo es que te rodeas de todo este equipo profesional para que salga ese trabajo perfecto que vemos en la pantalla?

Monserrat Larqué: Fíjate que fue muy peculiar porque esta película la empecé a desarrollar después de años de estar buscando a la gente; primero lo que se debe de buscar es al Productor y me costó trabajó encontrar a alguien que viera la película como yo la veo. Fue mucho tiempo de ver a muchos productores, de tocar varias puertas y que me decían: 'sí, el guion está genial, me encanta. A nadie le habíamos dado tantas notas', en muchos lugares ¿eh? Y cuando me decían la película que habían visto, tomaba mis cosas y daba las gracias.

La iban a convertir o en una telenovela ranchera o en una película en un pueblo abandonado todo polvoso, trágico, triste, deprimente. Vi muchas visiones y yo tenía muy claro lo que tenía que hacer. Quería encontrar... Porque es muy importante el Productor para el que trabajas, es de las manos más importantes que debes de tener, porque es quien va a administrar todo y si él está viendo otra película, va a trabajar para otra visión, entonces no vamos a encontrar ni el mismo pueblo, no vamos a tener los mismo intereses, ni los talentos que se tienen para contar esta historia.

Sí, se trata de transmitir la esencia de la cinta a los espectadores

Monserrat Larqué: Totalmente. Entonces encontré a los productores en Londres y eso que son mexicanos, pero no pude encontrar a ninguno aquí en México y ya pude empezar. Vino la pandemia, tuve que frenar y un productor que vive en Guadalajara, que tiene muchos años en esto, creo que esta es su película número 30, conoció el guion y me dijo: 'oye, pues te tienes que ir a un pueblo y aquí ahorita no hay Covid, hay casos muy bajos'.

Investigué y era verdad, en ese momento que estábamos solo había seis casos. Entonces ahí era, justo antes de que empezara el temporal de lluvias. Hace dos años y cuatro días fue mi primer ensayo con el talento de aquí. O sea, fue justo antes de las lluvias y fue donde me dijo que en dicho lugar había gente para trabajar, cosa que no hay en muchas partes de la República; siempre tienes que viajar con un Circo y aquí no.

Ese poblado del que hablas es Cuerámbaro, Jalisco, el cual es bastante peculiar con muy pocos habitantes y donde no hay internet ni señal de teléfono y con esto manda el mensaje de que el espectador se inmiscuya en la historia de inmediato ¿Cómo elegiste ese lugar tan mágico?

Monserrat Larqué: Sí, pero no creas que fue a propósito. El primer día que llegamos nos dijeron que no había señal ni internet y nosotros: '¿de qué me estás hablando? (ríe), tenemos que montar una oficina de producción aquí, no hay agua potable ¿de qué me está hablando? Fue muy rudo. Ese lugar lo encontré, porque un productor me dijo que podíamos hacer la película ahí; yo empecé a explorar todas las noches y abríamos un zoom para investigar pueblos por Google Maps en los alrededores de Guadalajara.

Le dije que sí, muy bien que no haya Covid, suena que es una ventana de oportunidad que hay que aprovechar, pero hay que encontrar el pueblo. Si no hubiera encontrado el pueblo, no hubiera filmado la visión que yo tenía. Cuando vi ese pueblo por Google Maps que ni siquiera lo detecta, quería ver algo más y no se podía, hasta que te juro que vi la zona que está pavimentada, con que tipo de loza, la arquitectura. Necesitaba un lugar que fuera muy rural, que no hubiera señal ni internet, que no sabía siquiera que existía. No quería un Pueblo Mágico, sino hubiera elegido un set de Hollywood, que son preciosos, pero no era lo que estaba buscando y por otro lado, que tuviera encanto, porque lo que quería crear es justo un amor a un pueblo de un migrante que regresa y se reenamora de su pueblo, pues lo tiene que visitar el pueblo.

El Occidental: Y ese es un mensaje muy importante el que mandas porque muestras las otra cara de los llamados "Pueblos Mágicos" que también son lugares muy bonitos y desconocidos

Monserrat Larqué: ¡Claro! Totalmente. Y bueno llegamos como a la semana que lo vi por internet, fuimos el fotógrafo y yo. Recorrimos muchos pueblos alrededor, nos fuimos como a cuatro pueblos al día. Vimos un os tan desolados, unos donde así, te juro que yo entraba y decía: 'aquí hay sicarios'. O ya sabes íbamos a otros de migrantes en medio de la nada y de repente ves una casa tipo californiana y decíamos: 'esto es lana gringa'.

Llegué a Cuerámbaro y reafirmé que ese era el lugar donde lo tenía que filmar y junto hay otra pequeña población, que nadie sabe que está ahí , pero son dos, se llama "Tepetates" y bueno, allí filmamos. Nos enteramos que no había internet más que en un punto del pueblo y a ciertas horas. El Gobierno es el que pone el internet, pero la gente no sabes como nos recibió. En las tardes estaban toda la gen te corriendo, los niños jugando en bici, llegaba el del pan, todos muy afables y muy amables.

Hay una escena donde necesitábamos una bolsa, estábamos filmando en la noche así y teníamos poco tiempo y yo no había pedido una bolsa para el personaje de Fátima y no podíamos filmar sin la bolsa porque debía de tener coherencia la escena. Donde teníamos el vestuario estaba muy lejos y nosotros teníamos muy poco tiempo para sacar la escena. Ese día, una perosna de vestuario ticando las puertas de las casas para pedir la bolsa; la encontraron y al final la dueña le dijo a Fátima: 'fírmame mi bolsa, ya no la voy a volver a usar'. Entonces, fue una bendición para mí la pandemia porque nos fuimos a filmar ahí.

El Occidental: Fátima, Pablo ¿que aprendieron de esta bonita experiencia por grabar en un lugar que nadie conocía y que gracias a ustedes lo conoceremos?

Fátima Molina: (Tarda un poco en contestar) Yo creo que de entrada al no tener comunicación en un momento de nuestras vidas desde hace años donde estamos pegados a la tecnología en todos los sentidos y regresar a esta raíz de alguna manera, me declaro que no necesitas tanto, realmente. Es decir, sé que sí por estar en este mundo que vivimos, pero cuando estás en esas condiciones trabajando disfrutas, estás presente, convives, conoces a la gente, cosa que hoy en día ya es muy dificil porque estás pegado a esta tecnología que nos ha rebasado.

No conices a nadie, disfrutas de los momentos, de una plática a la hora de la comida, ves un atardecer divino, aprendes de la gente como los del este lugar donde grabammos que son sumamente amables sin esperar nada a cambio. Estábamos invavidendo si espacio; sin embargo, siempre nos recibieron con una sonrisa en sus casas, fueron los mejores anfitriones. Fue muy gratificante, más como persona que como actriz

Pablo Astiazarán: Sí, muy bonito poder compartir y que te reciban siempre con los brazos abiertos por el simple hecho de que estás haciendo una película y es conmovedor ver como hay una sencillez que a veces se anhela. Inclusive nosotros necesitamos a veces esa desconexión, te das cuenta que puedes desprenderte y te facilitaba el vivir el aquí y ahora.

El Occidental: Pablo, háblannos de tu personaje, Óscar ¿con qué se identificaron entre sí Pablo y Óscar?

Pablo Astiazarán: ¡Mmmhhhh! (piensa un poco). Creo que me gusta mucho y que a veces también así soy yo, que las reconexiones duelen, entonces creo que a veces hay cosas innerente mía de decir, de negarlo, pero cuando ya no me queda de otra soy capaz de cambiar el chip y valorar. Me gustaría no tener que llegar hasta eso, sino poderlo hacer desde el primer día. Creo que en el caso de Óscar es alguien así, que cuando llega al pueblo no está viendo la belleza del pueblo, está viendo el pueblo y creo que cuando bajas las armas es cuando empiezan a suceder.

Soy medio "tosudo" tontamente y aprendí muchísimo porque fue como un choque entre ambos ¿sabes? Y no solamente ahí. Me daba mucha paz llegar a Cuerámbaro, aventar el teléfono y saber que en ningún momento me iba a acercar a verlo por un mensaje porque no había señal y cuando llegábamos en la noche al hotel donde sí había internet, pero fallaba mucho, ahí me daba la ansiedad y decir: 'en donde sí debería de haber señal ¿por qué no hay?' (ríe)...

El Occidental: Tratar de regresar a esta acostumbrada y vertiginosa realidad

Exacto (ríe a carcajadas y continúa). Sí era capaz de desprenderme, pero cuando se supone que no hay, ahí yo entraba en crisis.

El Occidental: Oye y además Óscar es periodista

Monserrat Larqué: Sí, estaba empezando de periodista es su primer trabajo en donde lo aceptan, está a punto de aceptarlo y pues... Se queda en su pueblo.

El Occidental: ¿Cómo comienza Monserrat a escribir esta historia?

Monserrat Larqué: La empecé a escribir porque yo quería hacer una película y luego me metí en camisa de 18 mil varas, pero en ese momento tenía que empezar a desarrollar una idea hasta que me hizo "click". No la construyes, o sea, ahorita ya está una historia hecha y terminada, pero el proceso fue muy complicado porque avanzaba tres pasos y retrocedía dos y siempre mantuve dos cosas: el pueblo, el escribirle a otra persona cartas para que se sienta bien, como un "Sirano a la mexicana".

Eso siempre se mantuvo y lo hice en un máster de guion en España, fue mi primer largomegtraje, ahora ya tengo otros, pero este es mi primer guin de largometraje.

Será en los próximos meses cuando la producción buscará llevar este gran trabajo a los principales cines de la República Mexicana, pero para que eso ocurra desear explorar de buena manera el terreno por todos los cambios que hubo en ese camino durante la etapa de la pandemia y llegue a los ojos del público con la calidad que acostumbra Monserrat y el equipo de trabajo.

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  • La Directora Monserrat Larqué, junto a Pablo Molina, Pablo Astiazarán y todo su gran equipo, encontraron en un poblado escondido de Jalisco, la oportunidad de filmar su nueva cinta llamada "Allá, cartas al corazón", largometraje que se presentó en el Cineforo, dentro del marco del Festival Internacional de Cine de Guadalajara.

    Es la propia directora y sus actores estelares, quienes platican con EL OCCIDENTAL acerca de esta nueva historia, la cual es capaz de ocasionar sensaciones de diversos tipos, pues bien puedes llorar, reír y hasta identificarte con alguno de sus personajes, además de explicar a detalle como fue que se eligió la locación en Jalisco y sus sensaciones por este nuevo reto.

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    El Occidental: Monserrat Larqué, háblannos de esta gran historia que no deja una "ensalada de emociones"

    Monserrat Larqué: Lágrimas y risas. Esta es una historia que empecé a escribir hace varios años, es mi primera película, estoy muy emocionada, he trabajado a todo vapor durante mucho tiempo para sacarla adelante muy acompañada. O sea, un Director no es nada sin la gente que se rode, esa es una de las grandes cosas que uno debe de aprender a hacer como Director, saber elegir con la gente que te rodeas y el equipo que se conformó para esta película, ayudó para que tuviéramos ese resultado.

    Desde el fotógrafo pasando por todos otros los departamentos. Este guion está tan cargado de emociones que tido mundo lo leía y ya todo mundo sabía hacia donde iba la historia. La verdad es que tiene como un ángel ese guion que nos ayudó a que todos nos pusieramos la camiseta de la película para impulsarla y hagamos un equipo muy cohesionado. Fue muy emotivo estar filmando

    El Occidental: ¿Cómo es que te rodeas de todo este equipo profesional para que salga ese trabajo perfecto que vemos en la pantalla?

    Monserrat Larqué: Fíjate que fue muy peculiar porque esta película la empecé a desarrollar después de años de estar buscando a la gente; primero lo que se debe de buscar es al Productor y me costó trabajó encontrar a alguien que viera la película como yo la veo. Fue mucho tiempo de ver a muchos productores, de tocar varias puertas y que me decían: 'sí, el guion está genial, me encanta. A nadie le habíamos dado tantas notas', en muchos lugares ¿eh? Y cuando me decían la película que habían visto, tomaba mis cosas y daba las gracias.

    La iban a convertir o en una telenovela ranchera o en una película en un pueblo abandonado todo polvoso, trágico, triste, deprimente. Vi muchas visiones y yo tenía muy claro lo que tenía que hacer. Quería encontrar... Porque es muy importante el Productor para el que trabajas, es de las manos más importantes que debes de tener, porque es quien va a administrar todo y si él está viendo otra película, va a trabajar para otra visión, entonces no vamos a encontrar ni el mismo pueblo, no vamos a tener los mismo intereses, ni los talentos que se tienen para contar esta historia.

    Sí, se trata de transmitir la esencia de la cinta a los espectadores

    Monserrat Larqué: Totalmente. Entonces encontré a los productores en Londres y eso que son mexicanos, pero no pude encontrar a ninguno aquí en México y ya pude empezar. Vino la pandemia, tuve que frenar y un productor que vive en Guadalajara, que tiene muchos años en esto, creo que esta es su película número 30, conoció el guion y me dijo: 'oye, pues te tienes que ir a un pueblo y aquí ahorita no hay Covid, hay casos muy bajos'.

    Investigué y era verdad, en ese momento que estábamos solo había seis casos. Entonces ahí era, justo antes de que empezara el temporal de lluvias. Hace dos años y cuatro días fue mi primer ensayo con el talento de aquí. O sea, fue justo antes de las lluvias y fue donde me dijo que en dicho lugar había gente para trabajar, cosa que no hay en muchas partes de la República; siempre tienes que viajar con un Circo y aquí no.

    Ese poblado del que hablas es Cuerámbaro, Jalisco, el cual es bastante peculiar con muy pocos habitantes y donde no hay internet ni señal de teléfono y con esto manda el mensaje de que el espectador se inmiscuya en la historia de inmediato ¿Cómo elegiste ese lugar tan mágico?

    Monserrat Larqué: Sí, pero no creas que fue a propósito. El primer día que llegamos nos dijeron que no había señal ni internet y nosotros: '¿de qué me estás hablando? (ríe), tenemos que montar una oficina de producción aquí, no hay agua potable ¿de qué me está hablando? Fue muy rudo. Ese lugar lo encontré, porque un productor me dijo que podíamos hacer la película ahí; yo empecé a explorar todas las noches y abríamos un zoom para investigar pueblos por Google Maps en los alrededores de Guadalajara.

    Le dije que sí, muy bien que no haya Covid, suena que es una ventana de oportunidad que hay que aprovechar, pero hay que encontrar el pueblo. Si no hubiera encontrado el pueblo, no hubiera filmado la visión que yo tenía. Cuando vi ese pueblo por Google Maps que ni siquiera lo detecta, quería ver algo más y no se podía, hasta que te juro que vi la zona que está pavimentada, con que tipo de loza, la arquitectura. Necesitaba un lugar que fuera muy rural, que no hubiera señal ni internet, que no sabía siquiera que existía. No quería un Pueblo Mágico, sino hubiera elegido un set de Hollywood, que son preciosos, pero no era lo que estaba buscando y por otro lado, que tuviera encanto, porque lo que quería crear es justo un amor a un pueblo de un migrante que regresa y se reenamora de su pueblo, pues lo tiene que visitar el pueblo.

    El Occidental: Y ese es un mensaje muy importante el que mandas porque muestras las otra cara de los llamados "Pueblos Mágicos" que también son lugares muy bonitos y desconocidos

    Monserrat Larqué: ¡Claro! Totalmente. Y bueno llegamos como a la semana que lo vi por internet, fuimos el fotógrafo y yo. Recorrimos muchos pueblos alrededor, nos fuimos como a cuatro pueblos al día. Vimos un os tan desolados, unos donde así, te juro que yo entraba y decía: 'aquí hay sicarios'. O ya sabes íbamos a otros de migrantes en medio de la nada y de repente ves una casa tipo californiana y decíamos: 'esto es lana gringa'.

    Llegué a Cuerámbaro y reafirmé que ese era el lugar donde lo tenía que filmar y junto hay otra pequeña población, que nadie sabe que está ahí , pero son dos, se llama "Tepetates" y bueno, allí filmamos. Nos enteramos que no había internet más que en un punto del pueblo y a ciertas horas. El Gobierno es el que pone el internet, pero la gente no sabes como nos recibió. En las tardes estaban toda la gen te corriendo, los niños jugando en bici, llegaba el del pan, todos muy afables y muy amables.

    Hay una escena donde necesitábamos una bolsa, estábamos filmando en la noche así y teníamos poco tiempo y yo no había pedido una bolsa para el personaje de Fátima y no podíamos filmar sin la bolsa porque debía de tener coherencia la escena. Donde teníamos el vestuario estaba muy lejos y nosotros teníamos muy poco tiempo para sacar la escena. Ese día, una perosna de vestuario ticando las puertas de las casas para pedir la bolsa; la encontraron y al final la dueña le dijo a Fátima: 'fírmame mi bolsa, ya no la voy a volver a usar'. Entonces, fue una bendición para mí la pandemia porque nos fuimos a filmar ahí.

    El Occidental: Fátima, Pablo ¿que aprendieron de esta bonita experiencia por grabar en un lugar que nadie conocía y que gracias a ustedes lo conoceremos?

    Fátima Molina: (Tarda un poco en contestar) Yo creo que de entrada al no tener comunicación en un momento de nuestras vidas desde hace años donde estamos pegados a la tecnología en todos los sentidos y regresar a esta raíz de alguna manera, me declaro que no necesitas tanto, realmente. Es decir, sé que sí por estar en este mundo que vivimos, pero cuando estás en esas condiciones trabajando disfrutas, estás presente, convives, conoces a la gente, cosa que hoy en día ya es muy dificil porque estás pegado a esta tecnología que nos ha rebasado.

    No conices a nadie, disfrutas de los momentos, de una plática a la hora de la comida, ves un atardecer divino, aprendes de la gente como los del este lugar donde grabammos que son sumamente amables sin esperar nada a cambio. Estábamos invavidendo si espacio; sin embargo, siempre nos recibieron con una sonrisa en sus casas, fueron los mejores anfitriones. Fue muy gratificante, más como persona que como actriz

    Pablo Astiazarán: Sí, muy bonito poder compartir y que te reciban siempre con los brazos abiertos por el simple hecho de que estás haciendo una película y es conmovedor ver como hay una sencillez que a veces se anhela. Inclusive nosotros necesitamos a veces esa desconexión, te das cuenta que puedes desprenderte y te facilitaba el vivir el aquí y ahora.

    El Occidental: Pablo, háblannos de tu personaje, Óscar ¿con qué se identificaron entre sí Pablo y Óscar?

    Pablo Astiazarán: ¡Mmmhhhh! (piensa un poco). Creo que me gusta mucho y que a veces también así soy yo, que las reconexiones duelen, entonces creo que a veces hay cosas innerente mía de decir, de negarlo, pero cuando ya no me queda de otra soy capaz de cambiar el chip y valorar. Me gustaría no tener que llegar hasta eso, sino poderlo hacer desde el primer día. Creo que en el caso de Óscar es alguien así, que cuando llega al pueblo no está viendo la belleza del pueblo, está viendo el pueblo y creo que cuando bajas las armas es cuando empiezan a suceder.

    Soy medio "tosudo" tontamente y aprendí muchísimo porque fue como un choque entre ambos ¿sabes? Y no solamente ahí. Me daba mucha paz llegar a Cuerámbaro, aventar el teléfono y saber que en ningún momento me iba a acercar a verlo por un mensaje porque no había señal y cuando llegábamos en la noche al hotel donde sí había internet, pero fallaba mucho, ahí me daba la ansiedad y decir: 'en donde sí debería de haber señal ¿por qué no hay?' (ríe)...

    El Occidental: Tratar de regresar a esta acostumbrada y vertiginosa realidad

    Exacto (ríe a carcajadas y continúa). Sí era capaz de desprenderme, pero cuando se supone que no hay, ahí yo entraba en crisis.

    El Occidental: Oye y además Óscar es periodista

    Monserrat Larqué: Sí, estaba empezando de periodista es su primer trabajo en donde lo aceptan, está a punto de aceptarlo y pues... Se queda en su pueblo.

    El Occidental: ¿Cómo comienza Monserrat a escribir esta historia?

    Monserrat Larqué: La empecé a escribir porque yo quería hacer una película y luego me metí en camisa de 18 mil varas, pero en ese momento tenía que empezar a desarrollar una idea hasta que me hizo "click". No la construyes, o sea, ahorita ya está una historia hecha y terminada, pero el proceso fue muy complicado porque avanzaba tres pasos y retrocedía dos y siempre mantuve dos cosas: el pueblo, el escribirle a otra persona cartas para que se sienta bien, como un "Sirano a la mexicana".

    Eso siempre se mantuvo y lo hice en un máster de guion en España, fue mi primer largomegtraje, ahora ya tengo otros, pero este es mi primer guin de largometraje.

    Será en los próximos meses cuando la producción buscará llevar este gran trabajo a los principales cines de la República Mexicana, pero para que eso ocurra desear explorar de buena manera el terreno por todos los cambios que hubo en ese camino durante la etapa de la pandemia y llegue a los ojos del público con la calidad que acostumbra Monserrat y el equipo de trabajo.

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