/ lunes 23 de julio de 2018

Coincidencias y retos de Alfaro y Aristóteles

El cambio de gobernador que se avecina es también el cambio de estafeta de los hombres más poderosos y de mayor responsabilidad administrativa, jurídica y política del Estado de Jalisco, uno de los estados económicamente más fuertes y más poblados de México, con mayor diversidad de ingresos, por divisas extranjeras y turismo que es que ocupan los segundos y tercer lugar de mayor ingresos del país después del petróleo. Y líder desde el punto de vista agrícola y ganadero. Jalisco ha sido considerado el granero de México en Los Altos y junto con la región del Bajío, ha desarrollado un potencial en la producción de insumos para computadoras y una boyante industria que compite con todas las regiones industriales mexicanas.

Son prácticamente de la edad, Alfaro, siete meses más grande que Aristóteles, ambos tienen un antecedente familiar que no pueden pasar por alto, tuvieron una formación cultural y académica desde jóvenes. Aristóteles creció en un ambiente de leyes y juristas por su padre Leonel Sandoval Figueroa y de solidez familiar por su madre Sagrario Díaz una mujer creativa y luchadora, con todo lo que trae aparejado de formación cultural, legal, jurídica y administrativa.

Enrique Alfaro, también creció en un ambiente de cultura, su padre Enrique Javier Alfaro Anguiano, rector de la Universidad de Guadalajara, fue un hombre culto y además el artífice de la mundialmente famosa feria del libro, Bertha Ramírez, su madre tuvo la formación de la gran educadora jalisciense Irene Robledo, conocida como la Señorita Irene, mujer sabia y reconocida en la Normal de Jalisco y la Escuela de Trabajo Social, de algún modo ambos tienen importantes herencias intelectuales.

El trabajo de seis años de Aristóteles no bastó para remontar la ola de rechazo hacia el PRI, además de que quien estuvo en la boleta no fue Aristóteles y el resultado fue a favor de Enrique Alfaro. El futuro de Aristóteles estará en la recomposición de su partido a nivel nacional con repercusiones en Jalisco. Mediante una relación madura y tersa entre ambos, deben trabajar juntos en distintas trincheras por el bien de Jalisco y de México, frente a un Ejecutivo Federal que se perfila centralista y entrometido en todo el país.

Enrique Alfaro, demostró habilidad y sentido político. Con visión, no aceptó la alianza con Morena, pues de aceptarla, podría interpretarse su triunfo producto de la inercia de AMLO, cuando ya Alfaro traía su propio capital político, fue una decisión acertada, pues eso le brinda autonomía e independencia del poder central, margen de maniobra y sobretodo sin subordinación disciplinaria. Lo más importante, el respeto ganado, independientemente de que lo reconozca el presidente virtual o no.

Alfaro debe saber, que su fuerza nacional e internacional está precisamente en el origen de su independencia, condición que escasamente pueden presumir otros gobernadores, seguramente su papel en la CONAGO de por sí, le coloca en posición de liderazgo y autonomía, junto al Bronco, Jaime Rodríguez gobernador de Nuevo León.


Por su propia naturaleza de paisanaje, ideales y generacionalmente, ambos tienen como destino manifiesto ser aliados por el bien de Jalisco y de México, superarán diferencias electoreras si las hubo y serán artífices de mucho para bien del estado y de nuestro país. Jóvenes aún, ambos tienen un futuro promisorio, me parece que así los veremos con mucho orgullo, el resto de los jaliscienses. Es un tema de capacidades no de competencia, rivalidad ni partidos.


sadot16@hotmail.com