Al inicio de cada año se presenta la oportunidad de reflexionar sobre los momentos buenos y malos que se vivieron durante el año que concluyó. Situaciones que enfrentamos de manera personal, familiar e incluso social. Ante ello, es importante reflexionar sobre las acciones que queremos evitar y aquellas que buscamos repetir en el año que inicia, debemos valorar lo que se obtuvo y reconocer las fallas cometidas. A esto se suma la nostalgia por concluir un año más que se acumula a los ya vividos.
El 2023 fue un año convulso para nuestro país, la economía, seguridad, educación y salud -por mencionar algunos-, se vieron enmarcados por el retroceso. Se cumplió el quinto año de un gobierno que no ha entregado resultados, que generó el encarecimiento de lo necesario para subsistir, vulnerando el desarrollo y la estabilidad de las familias todo ello, con el disfraz de que vamos bien y nos irá mejor. Estos han sido cinco años de opresión, odio, retraso social y económico.
Esa reflexión nos debe llevar a reconocer en qué fallamos, hacia donde podemos encaminar nuestras acciones para obtener mejores resultados y con ello, alcanzar mejores condiciones para tener una mejor calidad de vida. Debemos analizar hacia dónde queremos conducir el destino de nuestra comunidad, nuestro estado y nuestro país.
Este 2024 será un año trascendente, habremos de ejercer nuestro derecho a decidir cuál es la mejor opción para retomar el rumbo y corregir el retroceso que ahora enfrentamos como sociedad.
Debemos reconocer que la mejor decisión depende de nosotros. No dejarnos engañar con las mentiras que se han repetido durante los últimos años, darnos cuenta que la situación del país no está mejor, que lejos de haber avances tuvimos retrocesos: nunca se resolvió el desabasto de medicamentos, nunca bajó el precio de la gasolina, los productos básicos ahora son más caros que al inicio del sexenio, la inseguridad se ha elevado, el odio se ha utilizado para fomentar diferencias entre unos y otros, la intolerancia predomina en un gobierno que no acepta que se ha equivocado.
Debemos reconocer que tenemos diferencias en cuanto a la forma de pensar y ver la realidad. Que nuestras creencias nos llevarán a tener visiones diferentes y criterios contrarios, pero esas diferencias nunca deberán fomentar el odio hacia quien no piensa como nosotros, por el contrario, esas diferencias deben contribuir a conjuntar criterios que abonen buenas acciones para alcanzar mejores oportunidades.
Que en este año que apenas comienza logremos más oportunidades para todos, que mejoren todas aquellas necesidades que enfrentamos como sociedad, que tengamos acciones más justas para alcanzar una vida más digna para todos. México se lo merece y por ende, las niñas y niños, los jóvenes, adultos mayores y todos los que conformamos esta gran nación, mujeres y hombres que a diario luchan para tener más oportunidades y, sobre todo, para lograr una sociedad donde predomine la paz, el desarrollo humano y económico así como la igualdad.
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