Dentro del miedo que le rodeaba, la peor pesadilla para Luz Raquel Padilla era desaparecer y dejar un día a su hijo solo, un niño de 13 años con autismo, y es que ella sabía que era su gran pilar, su sostén e incluso que fue por él que inició en el activismo, luchando al lado de la organización #YoCuido México dedicada justamente a buscar una reforma estructural para enfrentar los grandes retos de las cuidadoras y de quienes requieren cuidados.
El eslogan lo dice todo: “por el derecho a cuidar, a cuidarme y recibir cuidado digno”.
Mily Cruz, una de las dirigentes de esta organización nacional, resalta que “#YoCuido México nació justo “como un grito de auxilio ante las desigualdades y retos que viven las personas, en su mayoría mujeres, que cuidamos a familiares con necesidades de cuidados intensivos, extensos y especializados producto de discapacidad, enfermedades poco frecuentes, diagnósticos crónicos, y/o el paso de los años”.
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Y desde Jalisco Luz Raquel Padilla se acercó así, buscando orientación y apoyo, fue arropada, y hoy #YoCuido México “manda un mensaje de reclamo, de justicia, este crimen no se puede quedar así; debemos de hacer visibles nuestros derechos, debemos de respetar los valores de las cuidadoras en Jalisco y en todo el mundo; debemos de hacer visibles nuestros derechos como cuidadoras y al mismo tiempo los derechos de nuestros hijos con discapacidad”.
Mily Cruz recuerda a Luz y como pasó a formar parte importante de la colectiva “era una chica muy alegre, motivada en todo lo que hacía, era una persona ocurrente, nos hacía reír mucho y aquí en Jalisco me apoyaba en todas las actividades como parte del colectivo; trabajaba muy duro porque ella tenía sed de aprendizaje, para saber cómo ayudar al resto de sus compañeras y cómo ayudarse así misma y como ayudar a todas las personas que se le acercaban”.
Luz tenía cuatro años como parte de la Asociación Civil y un año trabajando activamente con la colectiva, “se le dio abrigo precisamente por la discapacidad de Bruno, que es una discapacidad múltiple, ya que además del espectro autista tiene epilepsia de difícil control, entonces se le dio cobijo en nuestra asociación, ella decidió quedarse con nosotros y Luz, que tenía otra forma de pensar, yo fui trabajando con ella para que se incluyera en los círculos de estudio que tenemos constantemente en nuestras redes de #YoCuido precisamente para que se empoderara y pudiera salir adelante”.
Bruno es un niño que amerita cuidado las 24 horas y los 7 días de la semana, que ahora quedó bajo la tutela de su abuela y una tía. Justo los cuidados que requería, comenta Mily Cruz, “nos da una idea del estado de vulnerabilidad en que lo dejan, en un ataque de odio y que atenta contra la discapacidad y el bien superior de Bruno, que quedó desprotegido y aunque tiene a su abuelita y a su tía, no había como su mamá para abrazarlo y para contenerlo, acurrucarlo y dormirlo, para atenderlo”, agregó.
#YoCuido tiene diversas actividades y frentes, porque además de atender la capacitación de quienes la integran en atención a personas de la tercera edad y con autismo, se ha dedicado a propagar esos conocimientos a maestros, médicos y otras personas afines a los escenarios que ellas viven, considerando que 4 de cada 5 son mujeres cuidadoras.
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También han emprendido acciones de difusión, promoción de la actividad y sensibilización de legisladoras y legisladores, al grado de impulsar reformas a las leyes para que se les reconozca, se reconozca su actividad y con ello a sus obligaciones, pero también el derecho al cuidado, el derecho al tiempo propio y el derecho a ser cuidada.
“Los problemas con estas personas que la amenazaron los tuvo desde siempre, pero en los últimos meses se agudizaron más en el último año” y el resto de la historia ya se sabe, que ella pidió protección, pero no se le dio, reiteró Mily Cruz, que recomendó a las autoridades “se le dé un seguimiento a los problemas de nosotras, como cuidadoras y nuestros hijos, para que nunca más se vuelvan a vulnerar nuestros derechos”, expresó Mily Cruz.
La colectiva ya hizo lo que tenía que hacer, afirma, con un tendero en ciudad de México y la entrega de una carta petitoria, “además de que despedimos a Luz en la basílica de Zapopan, nos despedimos en paz y le dimos gracias a Luz por ser parte de la comunidad”.
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