Mariana Alejandra en una de las más de 400 mil personas que han solicitado la calidad de refugiadas en México, en su caso ella salió de su natal Venezuela para darle una mejor calidad de vida a su hijo y por la difícil situación que se vive en ese país latino, lleva cinco años en Jalisco.
“Salí de mi país para ofrecerle una mejor calidad de vida a mi hijo Miguel, sobre todo en educación, seguridad y mayores oportunidades una vez que concluya su bachillerato y su carrera que decida, las condiciones de mi país desde hace cinco años que salí han ido empeorando y cuando tome la decisión sinceramente lo hice para buscar calidad de vida y sentirme libre”, mencionó.
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Para ella fue difícil seguir en su país en el que no podía llegar a su casa sin sentir miedo o estar en la calle y le toque el tráfico con el miedo de que le roben o le hagan algo malo, lo cual es una posibilidad muy alta y en donde si no se era simpatizante con el gobierno de Maduro se les podía detener, “es un precio muy alto dejar tu país, a la familia, dejar todas tus cosas y la mitad de la vida en el lugar que naciste para empezar de cero”, relató.
Al llegar a México las principales dudas que tuvo es que con la calidad de refugiado “no podré regresar a mi país ni ver a mi familia, el tema de educación realmente es una duda, en el tema de las oportunidades en el caso de mi hijo y para mí como refugiados, en salud hay mucha falta de información de cómo se maneja nuestra condición de refugiados”, dudas aclaradas por el personal de la
De ACNUR Jalisco dijo que “es un lugar hermoso, Guadalajara es una ciudad hermosísima, realmente desde el día uno que llegue a la ciudad el trato ha sido increíble, la aceptación, realmente te puedes integrar socialmente de una manera más fácil, amigable, más sencilla, creo que tengo muy buenas amistades locales y siempre creo que es importante respetar como migrantes el lugar al que llegamos, la cultura en general la forma de vivir y al hacer todo eso la convivencia en la casa”. El colegio y el trabajo le han hecho querer aún más a Jalisco y por su trabajo le permite relacionarse con personas de todo el país.
Lo que más extraña de su natal Caracas, es “sin duda alguna mi familia, mis amigos, el sentido de 'pertenencia' que queda en la memoria de uno; a veces cierro los ojos y trato de sentir, de respirar el aire de mi ciudad y que tiene algo muy lindo que el águila, que es la montaña que rodea a la ciudad de Caracas, nunca para olvidar y mientras comienza a amar a su nueva patria al saber que no podrá regresar a su país”.
Los jaliscienses le han tratado bien ya que ella respeta el lugar en el que está, al que llegó y porque le dieron la oportunidad, junto con su hijo, de vivir aquí, la casa que renta la cuida como si fuera de ella.
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