Ernesto Cruz, productor de maíz con espacios de siembra en distintas partes del país, se pronunció en contra de la prohibición del glifosato, como se pretende desde el gobierno federal y propuso tomar en cuenta a los agricultores.
“Insisto en que hagamos de esto una discusión científica y real y que no nos dejemos llevar por fanáticos… Todas las opciones que hay quitando el glifosato son todavía mucho más tóxicas y más caras y lo que nos están queriendo vender estos amigos es un pleito casado de aquellos que se quedaron con los traumas ambientalistas”.
El glifosato penetra en el suelo, se filtra en el agua y sus residuos permanecen en los cultivos y ha sido prohibido o restringido en Austria, Alemania, Francia, Italia, Luxemburgo, Tailandia, Bermudas, Sri Lanka y algunas regiones de España, Argentina y Nueva Zelanda, según argumentó el gobierno federal al anunciar su intención de prohibirlo en México.
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“Es una ridiculez y es algo en lo que yo jamás voy a estar de acuerdo, que por capricho de unos nos están llevando a la ruina a los agricultores”, agregó Ernesto Cruz.
Dijo que tiene contratos para producción en Jalisco, Baja California, Sinaloa, Chihuahua, Querétaro, Guanajuato, Michoacán y si se aprueba la prohibición del glifosato, tendría que gastar en herbicida un 40% o 50% más de lo que invierta ahora y “si lo hiciera manual se dispararía cuatro o cinco veces más el costo de eliminar la hierba y no hay gente para trabajar”.
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