/ domingo 6 de diciembre de 2020

La esperanza de que los clientes regresen mantiene viva a la Casa de Doña Inés

Pese a tener siete meses de adeudo de renta y pérdidas, los propietarios se reúsan a cerrar

La pandemia por Covid-19, ha afectado severamente a la economía y a los negocios del país, en Jalisco no es la excepción. Un ejemplo de ello, es el restaurante La Casa de Doña Inés que tiene una antigüedad de 10 años y se ubica en la zona financiera de Zapopan. Pese a tener siete meses de adeudo de renta y pérdidas, los propietarios se reúsan a cerrar porque mantienen la esperanza de que sus finanzas se recuperarán y de que todo volverá a la normalidad.


Sentado en uno de los equipales del establecimiento, Arturo Saldaña quien es administrador del restaurante y hermano de la propietaria Adriana Saldaña López y cuñado del segundo propietario Arturo Espinoza, contó que en 2010 su sobrino Alan, tuvo la iniciativa de poner un restaurante en el que cada uno de los platillos fueran hechos con las recetas y sazón de su abuela, es decir de la mamá de Arturo y Adriana, lo que les daría identidad y tendrían un toque único.

Desde entonces todos los días se sirven deliciosos platillos tradiciones como: pozole, lengua en salsa verde, chicharrón, tacos dorados, flautas, enchiladas, gorditas, huaraches, sopes, ensaladas, bistec, pescado y camarón zarandeados, así como otros más, al igual que postres.

Desde su fundación, el restaurante no había atravesado por un caso de crisis como ahora, ni siquiera se compara con las pérdidas por la influenza según recuerda Arturo.

Cuenta que el inicio de la pandemia en la entidad, para no despedir a los trabajadores se optó por darle una "manita de gato" al lugar.



"Lo cerramos e inmediatamente aprovechamos para darle mantenimiento al restaurante, a pintar puertas, laquearlas y ya volvimos a reabrir. No hemos despedido hasta ahorita a nadie", asegura el administrador.

A partir de entonces, la asistencia de comensales, comenzó a disminuir, por lo que se tuvieron que tomar medidas de ahorro de recursos económicos para poder sobrevivir.

"Nuestro negocio es de bufete, entonces cuando empieza lo de la pandemia, el cliente se aleja, viene aproximadamente entre uno, dos, tres comensales máximo, entonces de ser bufete lo convertirnos a la carta para poder ahorrar el gas, porque se consume aproximadamente 500 pesos en el estar prendiendo el bufete para que la comida esté caliente", refirió Arturo, a la par de que los trabajadores realizaban labores de sanitización en el piso y mesas.



Luego vino lo inevitable, hacer una reducción del salario de los trabajadores para así evitar despidos y el cierre del establecimiento.

"Cuando recién empezó la pandemia, los comenzamos a terciar, es decir mitad una semana uno y la otra una semana el otro, con la mitad del sueldo. De hecho, ahorita seguimos con los salarios bajos, tanto yo, como el gerente, como los trabajadores. Todos estamos con sueldo más restringido de como antes, para saber si subsiste el negocio".

En el restaurante trabajan 13 personas, desde meseros, cocineras, personal de limpieza, entre otros, sin embargo, hasta el momento ninguno se ha contagiado, pero debido a lo delicado del tema, se decidió sanitizar a los trabajadores y monitorearlos al llegar su área de trabajo, para disminuir la posibilidad de que los comensales estén en riesgo de contagio a través de los empleados.


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Una de las medidas especiales que se han adoptado para evitar la propagación del coronavirus, en La Casa de Doña Inés, es proporcionar un guante del tipo de las bolsas de plástico. Una vez con el guante puesto, los clientes pueden servirse los alimentos y con ello se reduce la posibilidad de contagios entre comensales.

Recuerda Arturo que las ventas en el mes de agosto estaban al 40%, sin embargo, para finales de octubre y mediados de noviembre, la asistencia de clientes se desplomó al 20% por la activación del Botón de Emergencia en la entidad.

"Al entrar el mes de diciembre se mejoró el ingreso de comensales, ahorita está como el 50% aproximadamente", asegura el entrevistado, quien atribuye el incremento de clientes a las posadas y a una serie de promociones que han lanzado en redes sociales, sin embargo, aún no es suficiente para seguir sosteniéndolo. Actualmente lo que los hace fuertes es el servicio de comedores industriales, de no ser por ello, ya hubieran cerrado.

Cabe decir que, ante la difícil situación, los trabajadores se solidarizaron con los propietarios y aceptaron la reducción salarial por la pandemia.


"Disminuyeron, pero más que nada el seguir trabajando fue lo mejor. En lugar de quedarnos sin trabajo", comentó Carlos Flores, quien trabaja como capitán de meseros desde que el negocio abrió sus puertas.

Ante la insostenible situación, el administrador pidió a las autoridades que les otorguen algún apoyo económico para poder salir adelante y seguir siendo una fuente de empleo, ya que las reservas se están acabando y se requieren de 80 mil pesos mensuales para seguir operando, los cuales no alcanzan a cubrir.

Clientes satisfechos

El señor Rigoberto Contreras, es cliente frecuente del restaurante, asegura la comida es deliciosa y el trato inigualable.

"Primeramente la atención, segundo que no se andan fijando lo que uno se sirve y tercero que está muy rico. Pero primeramente la atención tanto de Arturo como de Coco y de todo el personal, es excelente".

Conoce más…

10 años de antigüedad

35 platillos tradicionales se ofrecen diariamente a los comensales.

13 empleados

80 mil pesos mensuales se requieren para sostener el restaurante.

20% de comensales recibían durante el Botón de Emergencia

7 meses de renta adeudan al propietario del inmueble.

La Casa de Doña Inés se ubica en Pablo Neruda número 2323, en la colonia Providencia de Guadalajara. Abren de 08:30 a 17:00 horas. El servicio a domicilio se puede solicitar en el número telefónico (33)33642580 o bien a través de Didi Food y Rappi.

La pandemia por Covid-19, ha afectado severamente a la economía y a los negocios del país, en Jalisco no es la excepción. Un ejemplo de ello, es el restaurante La Casa de Doña Inés que tiene una antigüedad de 10 años y se ubica en la zona financiera de Zapopan. Pese a tener siete meses de adeudo de renta y pérdidas, los propietarios se reúsan a cerrar porque mantienen la esperanza de que sus finanzas se recuperarán y de que todo volverá a la normalidad.


Sentado en uno de los equipales del establecimiento, Arturo Saldaña quien es administrador del restaurante y hermano de la propietaria Adriana Saldaña López y cuñado del segundo propietario Arturo Espinoza, contó que en 2010 su sobrino Alan, tuvo la iniciativa de poner un restaurante en el que cada uno de los platillos fueran hechos con las recetas y sazón de su abuela, es decir de la mamá de Arturo y Adriana, lo que les daría identidad y tendrían un toque único.

Desde entonces todos los días se sirven deliciosos platillos tradiciones como: pozole, lengua en salsa verde, chicharrón, tacos dorados, flautas, enchiladas, gorditas, huaraches, sopes, ensaladas, bistec, pescado y camarón zarandeados, así como otros más, al igual que postres.

Desde su fundación, el restaurante no había atravesado por un caso de crisis como ahora, ni siquiera se compara con las pérdidas por la influenza según recuerda Arturo.

Cuenta que el inicio de la pandemia en la entidad, para no despedir a los trabajadores se optó por darle una "manita de gato" al lugar.



"Lo cerramos e inmediatamente aprovechamos para darle mantenimiento al restaurante, a pintar puertas, laquearlas y ya volvimos a reabrir. No hemos despedido hasta ahorita a nadie", asegura el administrador.

A partir de entonces, la asistencia de comensales, comenzó a disminuir, por lo que se tuvieron que tomar medidas de ahorro de recursos económicos para poder sobrevivir.

"Nuestro negocio es de bufete, entonces cuando empieza lo de la pandemia, el cliente se aleja, viene aproximadamente entre uno, dos, tres comensales máximo, entonces de ser bufete lo convertirnos a la carta para poder ahorrar el gas, porque se consume aproximadamente 500 pesos en el estar prendiendo el bufete para que la comida esté caliente", refirió Arturo, a la par de que los trabajadores realizaban labores de sanitización en el piso y mesas.



Luego vino lo inevitable, hacer una reducción del salario de los trabajadores para así evitar despidos y el cierre del establecimiento.

"Cuando recién empezó la pandemia, los comenzamos a terciar, es decir mitad una semana uno y la otra una semana el otro, con la mitad del sueldo. De hecho, ahorita seguimos con los salarios bajos, tanto yo, como el gerente, como los trabajadores. Todos estamos con sueldo más restringido de como antes, para saber si subsiste el negocio".

En el restaurante trabajan 13 personas, desde meseros, cocineras, personal de limpieza, entre otros, sin embargo, hasta el momento ninguno se ha contagiado, pero debido a lo delicado del tema, se decidió sanitizar a los trabajadores y monitorearlos al llegar su área de trabajo, para disminuir la posibilidad de que los comensales estén en riesgo de contagio a través de los empleados.


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Recuerda Arturo que las ventas en el mes de agosto estaban al 40%, sin embargo, para finales de octubre y mediados de noviembre, la asistencia de clientes se desplomó al 20% por la activación del Botón de Emergencia en la entidad.

"Al entrar el mes de diciembre se mejoró el ingreso de comensales, ahorita está como el 50% aproximadamente", asegura el entrevistado, quien atribuye el incremento de clientes a las posadas y a una serie de promociones que han lanzado en redes sociales, sin embargo, aún no es suficiente para seguir sosteniéndolo. Actualmente lo que los hace fuertes es el servicio de comedores industriales, de no ser por ello, ya hubieran cerrado.

Cabe decir que, ante la difícil situación, los trabajadores se solidarizaron con los propietarios y aceptaron la reducción salarial por la pandemia.


"Disminuyeron, pero más que nada el seguir trabajando fue lo mejor. En lugar de quedarnos sin trabajo", comentó Carlos Flores, quien trabaja como capitán de meseros desde que el negocio abrió sus puertas.

Ante la insostenible situación, el administrador pidió a las autoridades que les otorguen algún apoyo económico para poder salir adelante y seguir siendo una fuente de empleo, ya que las reservas se están acabando y se requieren de 80 mil pesos mensuales para seguir operando, los cuales no alcanzan a cubrir.

Clientes satisfechos

El señor Rigoberto Contreras, es cliente frecuente del restaurante, asegura la comida es deliciosa y el trato inigualable.

"Primeramente la atención, segundo que no se andan fijando lo que uno se sirve y tercero que está muy rico. Pero primeramente la atención tanto de Arturo como de Coco y de todo el personal, es excelente".

Conoce más…

10 años de antigüedad

35 platillos tradicionales se ofrecen diariamente a los comensales.

13 empleados

80 mil pesos mensuales se requieren para sostener el restaurante.

20% de comensales recibían durante el Botón de Emergencia

7 meses de renta adeudan al propietario del inmueble.

La Casa de Doña Inés se ubica en Pablo Neruda número 2323, en la colonia Providencia de Guadalajara. Abren de 08:30 a 17:00 horas. El servicio a domicilio se puede solicitar en el número telefónico (33)33642580 o bien a través de Didi Food y Rappi.

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