A diferencia de lo que ocurrió con los hoteles tradicionales de destinos de playa o grandes ciudades que con la pandemia perdieron altos porcentajes de ocupación, las haciendas y casonas vieron un “boom” durante el 2021, gracias al trabajo a distancia.
Datos de la Asociación de Haciendas y Casonas de Jalisco refieren que en los 35 establecimientos con que cuentan, entre los que hay hoteles, cabañas y casonas en distintas regiones del Estado, principalmente de montaña, durante el 2020, cuando apareció el coronavirus, su ocupación apenas alcanzó un 20%, pero la cifra se duplicó en 2021 y estuvo incluso por arriba de un año prepandemia.
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“Todos los hoteles que tenían buen internet, tuvieron la gracia de que se les aumentó de una a tres noches, nuestros hoteles son de una noche y si bien nos va el sábado estamos llenos y empezamos a ver cómo la gente quería ir a descansar, a trabajar, a llevarse a los niños y todos estábamos en el mismo plano, trabajando a distancia, en sus computadoras y mucha gente después de un año de encierro tuvo la necesidad de empezar a salir y en haciendas, hoteles de montaña, cabañas y lugares donde el contagio era menor empezó el boom a partir del mes de junio y se vio un incremento como nunca antes visto en la Asociación”, indicó Sally Rangel, presidenta de la Asociación de Haciendas y Casonas de Jalisco.
Recordó que en 2019, cuando en el mundo todavía no había Covid-19, cerraron el año con una ocupación del 33% y para el 2021 fue del 45.7%, y esperan que la tendencia continúe, pues el aprendizaje de la pandemia fue el de ofrecer diversas experiencias a sus clientes y además abrir nuevos mercados, con la implementación de actividades adicionales como pic nic, días de spa, así como apertura de restaurantes para desayunos y comidas, independientemente de no estar hospedados, lo que detonó la afluencia en hoteles de la asociación.
“La gente aprendió a viajar, la gente aprendió a esparcirse, a salir del encierro, no tuvo que irse ni a aeropuertos, ni a centrales, viajaban en carro y vieron que el núcleo familiar incrementaba y mejoraba cuando había experiencias en todos estos hoteles… La gastronomía fue nuestro eje principal para decirle a la gente que fuera a comer comida mexicana”,
A decir de Sally Rangel, dichas experiencias y restaurantes abiertos para clientes externos y no solo para huéspedes, llegaron para quedarse y aún cuando pase la pandemia, seguirán ofreciéndose para que jaliscienses y personas de otras partes del país y del mundo, encuentre en las haciendas y casonas un lugar de esparcimiento familiar, de pareja y hasta para grupos de amigos o compañías.