Solo 18 candidatos independientes a presidentes municipales lograron reunir los requisitos marcados por la ley para aspirar a contender este 2021, pero 25 más se quedaron en el camino, uno falleció por Covid-19 y la pandemia se convirtió en uno de los principales obstáculos para lograr el objetivo, además de los problemas de inseguridad y la desconfianza de la gente que no dejaba que se acercaran para recabar las firmas.
José Martínez, candidato independiente a presidente municipal de Zapopan, fue uno de los que por los temas de salud, inseguridad y desigualdad ante los partidos políticos se quedó en el camino en sus aspiraciones electorales.
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Desde el inicio las condiciones fueron desventajosas para ellos ya que les tocó en la etapa más crítica de la Pandemia de Covid-19, la gente desconfiaba de ellos, sólo tuvieron 40 días para alcanzar la meta y en caso eran más de 11 mil rúbricas las que tenía que conseguir, prácticamente lo mismo que se le solicita a un nuevo partido político pero en todo el territorio estatal.
Pero también estaba la inseguridad, que limitaba acudir a algunas colonias, y luego los policías municipales, que de pronto aparecían y los sacaban de plazas comerciales porque los encargados se molestaban.
“El principal problema fue el pico de la Pandemia porque fue Justo cuando nos tocó la recolección de firmas, coincidió con el repunte de contagios en la ciudad” lo que se conjugó con el tema de salud de su equipo de apoyo ya que algunos tenían enfermedades crónica degenerativas o eran susceptibles a un mayor riesgo de contagio, por lo que prácticamente no salieron a las calles.
Además hubo quienes tenían en “casa a familiares con algún factor de riesgo y les pedimos que no salieran a recolectar firmas porque ponían en riesgo de contagio al equipo y a su familia”.
En la parte oficial el problema fue con el uso de la aplicación avalada por el Instituto Nacional Electoral que no funcionaba en todos los celulares, no podían ser aparatos ya viejos y en los manuales pedían cumplir con todas las medidas de seguridad.
Entre ellas no estar a menos de un metro y medio de distancia pero el problema es que la aplicación no lo permitía ya que la fotografía se tiene que hacer a menos de 30 centímetros y sin cubrebocas, que la persona tuviera el rostro descubierto y por eso “muchas personas no querían ya hacerlo además de que no querían que nos acercáramos tanto”.
Esa situación fue uno de los primos por los que la gran cantidad de firmas de apoyo no fueran avaladas porque no se quiso quitar el cubrebocas, otras ya no dieron las firmas, y como alternativa el INE lanzó la aplicación para que cada persona desde su casa expresa su apoyo y firmará sin necesidad de salir a la calle.
Pero la sorpresa que se llevaron es que esta opción nunca funcionó y de todos los que quisieron hacerlo, sólo seis lo lograron pero tampoco se las validaron porque según había errores en los rasgos, no se veía bien las imágenes y aunque lo certificaron ante notario, de nada les valió porque los ignoraron.
Además de los 40 días de plazo, en 35 de ellos estaba vigente la llamada medida de “botón de emergencia” en donde prácticamente toda actividad se paralizó a partir de cierta hora y “solamente cinco días fueron por así decirlo normales y eso se redujo la cantidad de personas en la calle”.
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La tecnología también les jugó mal ya que muchos de quienes sí los apoyaban era gente mayor de 60 años y al momento de hacer su firma no les salía igual ya que no están acostumbradas a hacerlo en dispositivos electrónicos y también se las eliminaron, además la aplicación les exigía celulares con ciertas características, tener una cuenta de correo de cierto buscador en especifico, porque en caso contrario no funcionaba, acceso a internet y “todo eso nos limita la participación”.
José indicó que reunir más de 11 mil firmas en pocos días no era nada fácil, máximo si se hace la comparación con la creación de un partido es todo un reto ya que a estos institutos políticos les piden alrededor de 11 mil firmas pero de todo el estado y les dan un año de plazo.
Mientras que Maximiliano Ramos Castillo, aspirante a candidato a diputado por el Distrito 8 en Guadalajara señaló que él se tuvo que enfrentar a una serie de conflictos ya que en primer lugar tuvo que conformar una asociación civil para a partir de ahí comenzar su fiscalización en el gasto diario.
Explicó que eso se tiene que hacer desde el momento en el que se lanza la convocatoria, además “se tiene que dar de alta una cuenta de banco con cierta características, así como documentos que debes entregar en tiempo y forma al Instituto Electoral”.
Con todo eso se determina si puede o no iniciar con el tema de la recolección de firmas de los ciudadanos a través de un sistema electrónico.
Eso implica que la persona preste su credencial para que la escanees, le tomes una fotografía sin cubrebocas y arriesgándote durante la Pandemia, así como su firma, eso yo diría que es lo más complicado
Maximiliano Ramos Castillo, aspirante a candidato a diputado por el Distrito 8 en Guadalajara
Justo a ese trámite, rostro a rostro, se atribuye el contagio de Manuel Ponce, de 40 años, que después de permanecer varios días en la calle, empezó con síntomas y días más tarde falleció.
Sobre todo porque los lineamientos entran en una franca contradicción con el proceso porque dicen que se debe tener una distancia mínima con la persona a la que se le solicita la firma, pero “al momento de querer generar la fotografía que solicita en el propio sistema no te la toma si lo es al menos a 30 centímetros de la persona, entonces ahí hay una cosa que se contrapone con la otra”.
Después de eso el siguiente problema es tener que ir a diversas colonias o secciones electorales para poder conseguir las firmas, en su caso era el uno por ciento del padrón electoral. Una misión prácticamente imposible en tiempos de Pandemia, a eso se le suma que no cuentan con recursos económicos como es el caso de los partidos políticos, arriesgan su salud, se exponen a agresiones si se acercan demasiado, entre otras dificultades.
“La parte más complicada, a reserva de lo que diga la autoridad electoral cuando hace la revisión, en mi caso de seis mil 500 firmas que presentamos, validaron sólo cuatro mil 151 y el resto de las firmas por alguna y otra razón quedan anuladas”.
A eso se suma las condiciones de desigualdad con los partidos porque ellos como independientes no tienen acceso a los tiempos oficiales de propaganda, tiene que pagar todo porque es poco el recurso del financiamiento público y no tienen una estructura territorial como el resto de los candidatos de los partidos.
El destino final de quienes lograron pasar hasta esta etapa es que el 3 de abril los consejeros del Instituto Electoral validen sus candidaturas y al día siguiente empezar con sus propios medios.
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