Para el arzobispo tapatío, José Francisco Robles Ortega, son interpretaciones equivocadas las que aseguran que en días pasados el Papa Francisco autorizó la bendición para parejas de personas del mismo sexo.
“Sobre ese punto solamente digo ‘es importante leer el documento, leerlo completo y si hay alguna duda o algo que poco se entienda en el documento hay que consultar a personas preparadas, a personas que conocen pero no dejarse llevar por tantas opiniones que a propósito del documento han salido, a veces son opiniones sumamente desorientadoras, no son fieles al sentido y al valor del documento”.
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Dijo que el documento presentado poco antes de Navidad explica ampliamente el sentido de la bendición, así como una orientación pastoral y cada pastor, obispo o sacerdote usará el criterio de si es oportuno o no aplicar el documento.
“El documento nunca dice que quedan reconocidas y establecidas las uniones homosexuales o las uniones irregulares, más bien el documento pone énfasis en que la única unión válida, reconocida por Dios, querida por Dios es entre un hombre y una mujer de manera estable, por amor y abiertos a la vida”.
Esto lo dijo luego de la misa que cada 1 de enero celebra ante empresarios guadalupanos en un templo tapatío y que tiene una amplia concurrencia.
“Se puede bendecir a todas las personas, buenas o malas, pecadoras o santas se pueden bendecir, pero no se bendice el pecado o el estado de pecado en el que las personas viven, se bendice a la persona invocando la gracia de Dios para que esa persona si está en pecado le dé la gracia de reconocer, de arrepentirse, de reorientar su vida, de volverla al camino que Dios manda para sus hijos”.
Respecto a la detención de sacerdotes en Nicaragua, que se dio a conocer a finales del 2023, dijo que “es un atropello a los derechos humanos y a la libertad religiosa”.
“Detrás de ese atropello a los derechos humanos y no respeto a la libertad religiosa, desde luego que se manifiesta un celo, un odio a la fe cristiana y concretamente católica”.
De eso culpó al gobierno nicaragüense, asegurando que muestra desconfianza, temor e inseguridad debido al prestigio que tienen sacerdotes y pastores en Nicaragua.
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