/ lunes 5 de junio de 2023

Las pitayas, un fruto originario del Sur de Jalisco

El pitayo se puede disfrutar durante el mes de mayo

AMACUECA, Jalisco (OEM-Informex).- Una de las frutas que encantan desde la primera vez que las pruebas es la pitaya, un exquisito manjar originario del sur de Jalisco.

Para conocer un poco más sobre su producción, nos trasladamos al municipio de Amacueca ubicado a poco más de una hora de Guadalajara y desde su llegada nos recibieron enormes pitayos a pie de carretera.

Te recomendamos ⇒ Pitaya: Una delicia para el paladar y es medicinal

Y es que en Amacueca quienes no tienen pitayeras, como se le conoce a los huertos, son productores o vendedores pero en prácticamente todas las familias hay alguien relacionado con el exótico fruto.

Ahí desde los más pequeños llevan a la escuela pitayas chicas a vender en uno o dos pesos entre sus compañeros de clases, mientras los adultos esperan clientes en sus puestos afuera de la pitayera por donde turistas y locales circulan a diario para comprar pitayas cuyo precio más alto es de 10 pesos, es decir de casi la mitad de precio de lo que cuestan en el Área Metropolitana de Guadalajara.

¿Cómo es la producción de la pitaya?

El pitayo tiene una temporada al año y es generalmente en el mes de mayo cuando antes del amanecer las personas encargadas de la cosecha llegan con su carrizo con horqueta para desprender el fruto maduro de las plantas.

Acompañados de una cubeta o caja donde echan las pitayas cortadas recorren en la oscuridad los huertos y terminan su jornada alrededor de las 12:00 horas para pasar a otra parte del proceso, que es el quitado de espinas.

Por si no lo viste:

Para ambas tareas es necesario tener mucha habilidad, pues desde la identificación de las frutas que están listas para cortarse hasta la manera segura de retirar las espinas son algo que se aprende con la práctica y muchos de los que a eso se dedican llevan décadas haciéndolo.

Una de ellas es María de Jesús Gutiérrez Hernández, conocida como Chuyita, quien pertenece a la tercera generación en su familia dedicada a la producción, cosecha y venta de pitayas.

“Si una pitaya se cae al suelo por lo general ya no sirve, la única que puede servir es la blanca, pero las otras muy fácil se lastiman. Las primeras por lo general se caen por el frío, porque en enero y febrero con alguna helada o granizo se caen varias”.

Sobre los pitayos, al ser plantas que no requieren mucha agua, explicó que puede producir hasta por más de medio siglo y muchos de ellos crecieron a la par que Chuyita pues ella recuerda sus inicios en la recolecta de pitayas desde los cinco o seis años y ahora ese gusto lo comparte con hijos y nietos, quienes en días que no hay clases la acompañan al pitayero desde temprano y luego disfrutan de las pitayas que ellos mismos cortaron, una experiencia que no cambian por nada.

Variedades de las pitayas

Son muchos los colores que distinguen a las pitayas: rojo morado, amarillo, naranja y blanco, pero incluso entre los conocedores del exótico fruto hay variedades y es la roja la que tiene más tonos, mientras que la blanca podría considerarse la más dulce.

Foto: Viridiana Saavedra | El Occidental

Lo que es un hecho, es que sea del color o el tamaño que sea, la pitaya es una fruta que encanta a quienes la prueban y al igual que en Amacueca, el municipio de Techaluta va a la delantera como los principales productores de pitayas en Jalisco y en todo México, donde se venden aguas, paletas, panes y gelatinas de pitaya.

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    Para conocer un poco más sobre su producción, nos trasladamos al municipio de Amacueca ubicado a poco más de una hora de Guadalajara y desde su llegada nos recibieron enormes pitayos a pie de carretera.

    Te recomendamos ⇒ Pitaya: Una delicia para el paladar y es medicinal

    Y es que en Amacueca quienes no tienen pitayeras, como se le conoce a los huertos, son productores o vendedores pero en prácticamente todas las familias hay alguien relacionado con el exótico fruto.

    Ahí desde los más pequeños llevan a la escuela pitayas chicas a vender en uno o dos pesos entre sus compañeros de clases, mientras los adultos esperan clientes en sus puestos afuera de la pitayera por donde turistas y locales circulan a diario para comprar pitayas cuyo precio más alto es de 10 pesos, es decir de casi la mitad de precio de lo que cuestan en el Área Metropolitana de Guadalajara.

    ¿Cómo es la producción de la pitaya?

    El pitayo tiene una temporada al año y es generalmente en el mes de mayo cuando antes del amanecer las personas encargadas de la cosecha llegan con su carrizo con horqueta para desprender el fruto maduro de las plantas.

    Acompañados de una cubeta o caja donde echan las pitayas cortadas recorren en la oscuridad los huertos y terminan su jornada alrededor de las 12:00 horas para pasar a otra parte del proceso, que es el quitado de espinas.

    Por si no lo viste:

    Para ambas tareas es necesario tener mucha habilidad, pues desde la identificación de las frutas que están listas para cortarse hasta la manera segura de retirar las espinas son algo que se aprende con la práctica y muchos de los que a eso se dedican llevan décadas haciéndolo.

    Una de ellas es María de Jesús Gutiérrez Hernández, conocida como Chuyita, quien pertenece a la tercera generación en su familia dedicada a la producción, cosecha y venta de pitayas.

    “Si una pitaya se cae al suelo por lo general ya no sirve, la única que puede servir es la blanca, pero las otras muy fácil se lastiman. Las primeras por lo general se caen por el frío, porque en enero y febrero con alguna helada o granizo se caen varias”.

    Sobre los pitayos, al ser plantas que no requieren mucha agua, explicó que puede producir hasta por más de medio siglo y muchos de ellos crecieron a la par que Chuyita pues ella recuerda sus inicios en la recolecta de pitayas desde los cinco o seis años y ahora ese gusto lo comparte con hijos y nietos, quienes en días que no hay clases la acompañan al pitayero desde temprano y luego disfrutan de las pitayas que ellos mismos cortaron, una experiencia que no cambian por nada.

    Variedades de las pitayas

    Son muchos los colores que distinguen a las pitayas: rojo morado, amarillo, naranja y blanco, pero incluso entre los conocedores del exótico fruto hay variedades y es la roja la que tiene más tonos, mientras que la blanca podría considerarse la más dulce.

    Foto: Viridiana Saavedra | El Occidental

    Lo que es un hecho, es que sea del color o el tamaño que sea, la pitaya es una fruta que encanta a quienes la prueban y al igual que en Amacueca, el municipio de Techaluta va a la delantera como los principales productores de pitayas en Jalisco y en todo México, donde se venden aguas, paletas, panes y gelatinas de pitaya.

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