Pintar en lienzo, un talento que no había explotado, descubrió Diana Paola López hace poco menos de un año, luego de pasar semanas complicadas por el fallecimiento de su papá.
La joven es la menor de cinco hermanos y mantenía una relación cercana con su padre. Vivían en la misma casa, pasaban bastante tiempo juntos, pues él tenía su negocio ahí mismo y ella como estudiante, pasaba buena parte del tiempo en casa.
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Por complicaciones derivadas del coronavirus, su papá falleció en agosto de 2021 y eso desencadenó en Diana Paola severos episodios de depresión, pero apoyada por su mamá, sus hermanos, su pareja y las pinturas, los ha ido superando.
“Empecé a pintar cuando me dio depresión, no porque lo haya planeado realmente, me empecé a sentir mal y sin verle gusto a las cosas, empecé por hacer cosas que antes me gustaban y desde que tengo memoria me ha gustado pintar, empecé por buscar pinturas que me inspiraran y pintar solo para mí, cuando me di cuenta que podía sacarle más provecho, investigué cuánto podría gastar, los materiales que necesitaba y me arriesgue a invertir dinero para hacer mis bastidores”.
En estos meses ha pintado cuadros que le encargan familiares y amigos, pero poco a poco recibe clientes que no conoce, quienes en su mayoría le han solicitado retratos, mismos que muchas veces son para obsequiar, en una fecha especial, como un aniversario de pareja o en un cumpleaños.
“Me ha ido bien, no siempre tengo trabajo, he durado algunos meses sin ningún pedido y hay días en los que he ganado el dinero que ganaba en cuatro semanas en un trabajo siendo empleada, así es cuando te arriesgas a ser emprendedor”, explicó la joven, visiblemente motivada porque sus pinturas son apreciadas por los clientes.
Los costos de las pinturas varían de acuerdo al tamaño del cuadro, que por lo general es de 40 por 40 centímetros, así como de la dificultad que representen para Diana Paola y pueden ir desde los 800 hasta los mil 300 pesos, con un tiempo de entre de entre cinco y diez días, dependiendo de la cantidad de trabajo que tenga.
“Anteriormente solo pintaba pequeñas cosas para decorar, pero no había pintado en lienzo y la verdad que fue lo mejor que me pasó después de todo, la pintura me rescató a no hundirme más y pulir mis talentos de creatividad y si le podía sacar dinero pues es un beneficio extra… La depresión empezó en agosto por la muerte de mi papá, no tenía ganas de absolutamente nada, mi psicóloga fue la que me estuvo ayudando a ver en qué podía desahogar mi dolor y mantener mi mente ocupada”.
Recientemente Diana Paola abrió en Instagram un perfil para mostrar sus trabajos, lo que le ayudó a crecer los pedidos. La cuenta es Punto_y_Lola donde ha publicado algunas de las pinturas que realizó en las últimas semanas, mismas que entrega a través de plataformas de mensajería.