Al igual que muchas otras obras, la Plaza de Armas fue inaugurada por el ex gobernador Aristóteles Sandoval Díaz con una serie de deficiencias que a más de 20 días de su salida aún no se terminan de corregir, incluso el gobernador Enrique Alfaro Ramírez asegura que no sabe en qué condiciones está la obra y no la ha recorrido para conocerla.
Todo esto se hizo con las prisas de tenerla lista para las actividades de las fiestas patrias del mes de septiembre y con ello poder realizar sin problemas la ceremonia del Grito de Independencia desde el balcón central del Palacio de Gobierno ya que sería el último de la administración de Aristóteles y no deseaban hacerlo de cara a la Plaza Liberación.
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Los trabajos se retrasaron un poco debido a la intervención de las autoridades del Instituto Nacional de Antropología e Historia, quienes se oponían a la colocación de cualquier tipo de piso y éste tuvo que ser con las especificaciones que marcaron ya que es un sitio considerado como patrimonio cultural de Jalisco.
Es así que con bombos y platillos se presumió la más reciente transformación de esta emblemática plaza a la que se le cambio el piso, se remodeló la infraestructura hidráulica, se colocó pasto nuevo, plantas y algunos de árboles que se tuvo la necesidad de cambiarlos porque los existentes no lograron sobrevivir con los cambios.
En estos momentos al caminar por esa zona se pueden apreciar parte de los cambios que realizan los trabajadores de la construcción, entre ellos levantar el cemento que se colocó en una de las orillas para sustituirlo por las losetas que se colocaron, en otras partes se observa que terminan algunas instalaciones eléctricas.
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Pero no quedan ahí los pendientes ya que en la parte cercana a la Catedral Metropolitana se observan los huecos que quedan entre pieza y pieza del piso que se instaló y eso es evidencia de que no se concluyó ya que algunos trabajadores se dedican a colocar lo que se llama junteador y así evitar que esas ranuras se vean por quienes caminan, pero al igual que muchas otras obras hay piezas que quedaron levantadas o fuera de nivel
Previo al inicio de los cambios, las jardineras contaban con una serie de barandales que impedían que los peatones caminaran sobre el pasto o las plantas que había y con ello dañarlas, en este momento no se sabe si regresarán y mientras tanto la gente camina sin fijarse si pisa el pasto, golpea las pocas plantas o si va por el cemento.
Además hay zonas en las que el pasto se ve amarillo o a punto de secarse, lo cual pudiera ser ocasionado por la falta de mantenimiento, que no fue bien colocado, falta de agua o exceso de pisadas de los paseantes.
El que aparentemente ya está terminado es el quiosco que ubica en el centro de La Plaza de Armas y que aparentemente no tiene mayores cambios que el remozamiento de la pintura.
Es así que los turistas y paseantes de la ciudad caminan por esta plaza, algunos prestan atención al o que se hace de último momento, otros para esquivar los plásticos anaranjados que delimitan la zona de trabajos y otros simplemente van de paso a sus actividades cotidianas.