ACAPULCO, Guerrero. A seis meses de que el huracán Otis impactó en la costa de Guerrero, el ruido de picos, mazos y sierras opaca no solo el bullicio del tránsito sobre la avenida Costera Miguel Alemán, sino también el ligero murmullo del mar que se asoma entre los escombros que dejó aquella catástrofe que borró la casi eterna postal del puerto de Acapulco.
Basta recorrer esta avenida de tres kilómetros y medio, desde el famoso bar Baby’O hasta la glorieta Diana Cazadora, para escuchar en cada esquina los sonidos que producen los trabajos de reconstrucción de los albañiles en hoteles, restaurantes, calles, comercios y departamentos.
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Hasta hace unos días, el puerto de Acapulco tenía disponibles nueve mil 500 cuartos de hoteles, 45 por ciento de la oferta anterior al desastre natural, según datos de la Secretaría de Turismo (Sectur). Sobre la Costera Miguel Alemán, todavía hay inmuebles con daños severos, como el hotel Copacabana y el emblemático hotel El Cano y el Dreams, que permanecerán cerrados y tardarán años en reabrir.
Locatarios y transportistas dijeron a El Sol de México que la recuperación de la ciudad avanza lento y la reconstrucción total del puerto no estará lista este año.
“Sí hay apoyos, y sí se está trabajando, pero va lento, no creo que esté listo hasta dentro de un año más, al menos”, comentó Alberto, taxista de sitio de la zona costera.
El titular de la Sectur, Miguel Torruco espera que pasen al menos seis meses más para que se reactiven los 21 mil cuartos de hotel que había en el destino ante de Otis.
El panorama luce distinto. En la Zona Diamante, la de mayor poder adquisitivo en el destino, hay edificios de condominios y hoteles como el Princess Mundo Imperial que siguen en reconstrucción. Los empresarios también dudan que la recuperación del destino termine antes de uno o hasta dos años.
Seyed Rezvani, director de Mundo Imperial, comentó a este diario que si bien invertirán un total de cinco millones de dólares para la restauración de sus hoteles, la proveeduría de materiales y la mano de obra han sido un reto para la reconstrucción.
“Todo mundo quiere tablaroca, cemento, pintura y vidrio templado. No es una tarea fácil, son cosas que se tienen que enfrentar y resolver sobre la marcha. Los elevadores, por ejemplo, hemos rehabilitado los que tenemos, pero los nuevos tardarán ocho meses en llegar”. El empresario comentó que al tener los inmuebles asegurados pudieron contar dos semanas después con materiales para echar andar la reconstrucción, lo que le ha permitido al grupo Mundo Imperial estar a 70 por ciento de su recuperación.
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Jaime Jaramillo, director de Operaciones de Grupo Brisas, ha inyectado 200 millones de pesos en la reapertura hotelera. Coincidió en las dificultades para encontrar personal de construcción y materiales. Ambos directivos coinciden en que pasarán entre uno y dos años más para que el puerto guerrerense esté recuperado al 100 por ciento, y esto dependerá mucho de los apoyos en los próximos meses en la zona afectada. Estas inversiones y los apoyos del gobierno se pueden observar en la reapertura de algunos negocios y hoteles sobre la avenida Costera Miguel Alemán, pero aún predomina el panorama casi apocalíptico de edificios devastados, ventanas rotas por donde se asoman vigas, muros e inmobiliario desecho que dan cuenta del desastre sucedido hace seis meses.
Los árboles, palmeras y postes doblados sobre la avenida también son muestra de la destrucción que dejó Otis. Aun con ello, el ruido de los mazos, picos, martillos y sierra dan un indicio de que este puerto renace y que pronto, el ruido ensordecedor será el de la gente que lo visita.
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