Fascinada por la cultura de México, la escritora española Raquel Martínez-Gómez escribió la novela La máscara del rey maya (Planeta, 2023). En ella la autora se sirve del repaso de la vida del famoso arqueólogo Alberto Ruz Lhuillier ―descubridor de la tumba de Pakal, en Palenque, considerado uno de los hallazgos más importantes del siglo pasado―, así como de su propia experiencia, para realizar junto al hijo de este investigador una especie de “arqueología del adiós”.
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“A mí me extrañaba que la vida de Alberto Ruz no se haya abordado en una novela, con toda esa facultad de caleidoscopio que tiene la literatura y que la vuelve todavía más interesante. Él es uno de los más grandes arqueólogos mayistas de México. "
“Él fue un gran científico, que no divagaba al hablar sobre el mundo maya, pues todo su pensamiento provenía de un racionalismo francés que se ligó a su capacidad analítica, mezclada con el marxismo. Es por eso, y también por su propia experiencia de vida, que en sus estudios se opuso a las grandes idealizaciones que se habían realizado de los pueblos originarios de México”, explica la escritora en entrevista con El Sol de México.
Dividida en líneas narrativas, esta novela relata la historia de Alberto Ruz Lhuillier, quien nació en París, en 1906. Al haber nacido en el seno de una familia de orígenes cubanos, a los 20 años se muda a Cuba para estudiar en la Universidad de la Habana. También refiere a su periodo en la isla, donde tuvo que formar parte de la resistencia social, lucha que lo habría hecho venir a México, donde en 1936 se nacionalizó mexicano y realizó un valioso trabajo como arqueólogo.
En una segunda y tercera líneas narrativas, la autora se detiene a contar de forma autoficcional el modo en que ella se enteró de la historia de Alberto Ruz Lhuillier, tras conocer al hijo del arqueólogo, Claudio Ruz; y explica, a modo de “meta ficción”, cómo fue el proceso de la confección del libro que el lector tendrá en sus manos, poblando así la novela de reflexiones en torno a la pérdida de la figura paterna que tanto Ruz como la misma Raquel Martínez-Gómez, han experimentado.
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“La pregunta literaria mía al escribir esta novela nunca fue quién es Alberto Ruz Lhuillier, yo quería saber las razones por las que uno llora la imagen del padre, tal y como lo hacía Claudio cuando me contaba la vida de su padre, por lo que tampoco es que sea una novela completamente objetiva, pues me baso en su perspectiva y entusiasmo."
“De hecho, originalmente, esta novela se iba a llamar Arqueología del adiós, precisamente porque esta obra se detiene a pensar y contar varios adioses. Y uno de los adioses fundamentales que quería explorar era el de el hijo al padre y el de la hija al padre, que es el mío. No es que hable de él, pero en la parte de auto ficción se entiende que hay una mujer que ha padecido esa pérdida”, concluye la autora.
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