En la edición 34 del Festival Internacional de Cine de Guadalajara (FICG) la cineasta española Esther García recibirá el Premio Mayahuel al cine iberoamericano y EL OCCIDENTAL pudo hablar con la destacada creadora sobre el amor por su trabajo y su entrañable relación con México.
Se acaba de convertir en la primera mujer productora que recibe el Premio Nacional de Cinematografía, en 2018 en su país, de lo que dice “Fue una sensación muy agradable, cuando no esperas nada, un premio como este hace que te sientas muy bien, alimenta el ego, cosa que a veces, hace falta. Después sentí un enorme agradecimiento porque da visibilidad para las mujeres, y por lo que para mi profesión representa. Es un premio a los profesionales trabajando en la sombra, a los que hacen posible las obras de los creadores. Estoy muy feliz y agradecida”.
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Comenta lo que le gustaría hacer: “En lo profesional, me gustaría seguir haciendo películas con Latinoamérica, estoy muy satisfecha de las películas que hemos producido con tanto talento latinoamericano. En lo personal, tener más tiempo para disfrutar de mis nietos del que tuve para educar y disfrutar de mi hijo”.
Habla del cine mexicano: “El cine mexicano está de moda sin duda, además de Del Toro, Iñárritu y Cuarón, grandes, grandísimos autores mexicanos que llevan a gala serlo. También está en un excelente momento la producción, el hecho de que 'Roma' haya sido rodada íntegramente en la Ciudad de México y que la compañía de producción sea local, es una estupenda noticia. Si no entendí mal, Netflix financió la película, pero la producción es local”.
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Y su entrañable relación con los creadores mexicanos. “Mi relación con el cine mexicano viene marcada por la colaboración con Bertha Navarro, con la que hicimos la producción del 'Espinazo del diablo' y 'El cobrador' de de Paul Leduc, una profunda admiración por Patricia Reyes Spindola o Paz Alicia García, Diego o Arturo Ripstein y el trabajo posterior con Gael García Bernal.
"Además, me encantan las obras de otros directores con los que no he tenido el gusto de trabajar, como Michel Franco, Carlos Reygadas, Fernando Eimbcke, Lucía Gaja… Natalia Beristáin… han hecho trabajos interesantísimos, no todas sus obras han llegado hasta España, pero sin duda, merecen una distribución más abierta”.
Comparte una anécdota: “La última vez que estuve en Guadalajara, coincidí con José Saramago, durante una comida en la casa de alguien amante del cine y la cultura y con una posición económica privilegiada, que agasajaba a los invitados del festival. Deseosa de oír el pensamiento de José, propuse como tema de conversación “que pasaría si naciéramos viejos para llegar a morir de niños”, los miembros de la mesa elucubramos sobre esta teoría con más risas que profundidad hasta que por fin José comenzó a explicar las razones por las que no le gustaba esa opción, se preguntaba ¿qué pasaría con los recuerdos? Y en ese momento relato el recuerdo de como su abuelo, cuando sintió cerca la muerte, fue abrazándose a los arboles de su huerto para despedirse, sus palabras provocaban una enorme emoción, los ojos se me llenaban de lágrimas, que trataba de contener. José dándose cuenta de ello me dijo 'llora mujer, llora' cosa que hice gracias a Él, sin ningún pudor. Años más tarde coprodujimos el documental “Jose y Pilar” sobre José Saramago y su mujer Pilar del Río”.
Del Festival, señala: “Me parece uno de los festivales más importantes de todo Latinoamérica, capaz de dar visibilidad y prestigio a obras y autores, imprescindible para la carrera de muchos de los más afamados directores y plataforma de lanzamiento para nuevos valores. Aquí me sentí como en casa y así espero sentirme de nuevo”.
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