Desde 2010 la Universidad de Guadalajara realiza sus propias estadísticas internas con mapas georeferenciados, con base en los reportes elaborados de puño y letra de la comunidad estudiantil y realiza estrategias que les permitan defenderse y prevenir delitos.
“El tema cotidiano de nosotros es el robo o asaltos en las inmediaciones de los planteles. Hay robo de celulares, de mochilas a mano armada, con cuchillos, los intentos de 'levantón' que reportan las niñas y que hay que verificar y la violencia en las inmediaciones de los planteles con perspectiva de género.
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El robo de celulares y los asalto son los principales temas”, reconoció Montalberti Serrano, Coordinador de Seguridad de la Universidad de Guadalajara.
Hay delincuentes que viven de los robos de dispositivos móviles y van sobre los estudiantes al estar en situación de vulnerabilidad en las calles y ante la falta se seguridad pública. La modalidad más frecuente es a mano armada, con arma punzocortante y con engaños.
“Tradicionalmente, según los registros desde hace 12 años y sin error siempre es el mismo centro por la zona geográfica en que se encuentra: el primero es el Tecnológico de la Universidad de Guadalajara, la Prepa 2, 3, 4 y Ciencias de la Salud”, comentó, en referencia a los planteles con mayor incidencia delictiva.
Otros planteles que preocupan a la UdeG por la inseguridad, son los Centros Universitarios Belenes y de Tonalá.
En el primero se detectó que los delitos se cometían en una calle contigua llamada La Grana que va de avenida San Isidro y conecta a la Prepa 10 y al Poli Belenes. En esa calle y los alrededores no hay iluminación, y falta que los árboles sean podados, además de que no hay banquetas lo cual influye para que se den casos de acoso.
Los asaltan "En bola"
Años atrás, las autoridades universitarias recomendaban a la comunidad estudiantil que no transitaran solos y que en cambio procuraran acompañarse por la calle unos a otros ante el riesgo de un asalto, sin embargo el hecho de que ahora los estudiantes circulen “en bolitas” no es impedimento para que los delincuentes los asalten, por el contrario, mayor es el botín.
“Los botines son cuantiosos. En un evento donde hay seis, siete, diez alumnos o los que sean, porque se llevan ocho, nueve, diez celulares y tres, cuarto o cinco computadoras”, explicó Francisco Jiménez Reynoso, profesor e investigador de tiempo completo de la Universidad de Guadalajara, División de Estudios Jurídicos y Jefe de Seguridad en el área universitaria.
“Los alumnos que iban a la escuela traían sus libros de español, de geografía y eso no era atractivo para los delincuentes. Recuerdo que lo que era atractivo para la delincuencia hace años eran los tenis. Ahora el delincuente sabe que cada joven, cada estudiante trae en su poder un celular que puede costar de tres a 15 mil pesos o más; él lo sabe, lo calcula y que además puede traer una laptop, su cartera, dinero, un reloj y es lo que les piden en ese orden y la mochila en ocasiones”, comentó.
El testimonio de una víctima
Uno de estos casos de robos grupales ocurrió el pasado 22 de abril del año en curso en contra de 10 estudiantes de la Preparatoria número 5 que se encontraban en el cruce de Lázaro Cárdenas y Colón.
En el reporte de incidencias el joven de 17 años, estudiante del sexto semestre, cuyo nombre se reservará, relató que fue obligado a entregar su celular y el de sus amigos en una mochila por su sujeto que se hizo pasar por integrante de la delincuencia.
“Éramos un grupo de nueve amigos y yo. Nos íbamos de la cancha cuando se acercó un señor que inventó una historia de drogas y dinero para meternos miedo y cooperamos por las amenazas que nos hacía. Pidió los celulares en una mochila y me hizo entregárselos yendo yo sólo. Se hizo pasar por jefe de plaza y decía que dentro de la unidad había crimen organizado”, relató el joven.
Como ese caso hay muchos de robos, privaciones de la libertad, abusos sexuales y hasta homicidios por resistirse a ser asaltados, todos ellos quedan en la cifra negra de no denunciados ante la Fiscalía.
Realizan retratos hablados de delincuentes
Ante la ola de delitos contra el alumnado, la casa de estudios comenzó a realizar retratos hablados con apoyo de un experto, a partir de que las víctimas logran ver el rostro del asaltante y aportan sus características físicas. Esto es considerado parte del combate a la impunidad.
“Si se hace el retrato hablado es porque no hay imágenes de él (el delincuente) no hay cámaras, no hay fotografías, no hay nada y de esa manera nos damos a la tarea de la localización. Un día hice uno en el Politécnico y resultó ser el mismo que también había asaltado en la Prepa 8, lo reconocen y lo localizaron en las redes sociales. Entonces sí está dando resultados.