Fueron liberadas Teresita de Jesús Saavedra y María Guadalupe Núñez, quienes se encontraban privadas de la libertad en el Reclusorio Femenil de Puente Grande. Su liberación ocurrió mediante gestiones realizadas por la Dirección General de Prevención y Reinserción Social del Estado de Jalisco, previa audiencia en el Juzgado Primero de Ejecución de Penas del Primer Partido Judicial del Estado de Jalisco.
“Como ocurrió con el caso reciente de Petra, mujer y madre indígena, hoy logramos la libertad de otras dos mujeres, porque en el sistema penitenciario de Jalisco aplicamos una política pública que hemos denominado Reinserción Segunda Oportunidad, con respeto a los derechos humanos de las personas privadas de la libertad y, de manera especial, con visión de género”, señaló el Director General de Prevención y Reinserción Social, José Antonio Pérez Juárez.
Pérez Juárez agregó que en consecuencia de tal política pública, el área jurídica de la Dirección General de Prevención y Reinserción Social dedica uno de sus departamentos a la revisión de expedientes de las personas privadas de la libertad, para que quien no tenga que estar en reclusión obtenga su libertad, en coordinación con el Poder Judicial y, en el caso específico de éstas dos liberadas, con el Juez Bernardo Salazar Rodríguez.
Policiaca:
“Aquí tenía ya ocho años con tres meses, aquí me superé bastante, estudié Preparatoria del COBAEJ, dos años semiescolarizada; un curso de la Universidad de UPN, con valor curricular; también un diploma de figuras de pasta, teatro, mecanografía, atención al cliente, secretariado; ahora me voy a dedicar a trabajar en una maquiladora, con mi fiador laboral; tengo cuatro hijas de 18 a 32 años, están felices; aquí adentro me superé, hay buen aprendizaje, nos toman en cuenta como mujeres; nunca es tarde para ser mejor persona. Quiero dar las gracias al licenciado José Antonio Pérez Juárez, no somos mujeres olvidadas gracias a él”, afirmó María Guadalupe.
En tanto que Teresita de Jesús, señaló: “Tengo tres hijas, aprendí mucha cosas, a sobrevivir, a trabajar; sí se puede, esto es algo que todos esperamos, en prisión somos compañeras; aprendí que es mejor estar sola que tener a un hombre, es mejor salir adelante una sola; aprendí cocina, bisutería, confección de servilletas, punto de cruz, es muy variable”, finalizó.