/ lunes 6 de mayo de 2019

Cuidan salud de policías en Guadalajara y Zapopan

El estrés, la ansiedad, la depresión y la obesidad, son las alteraciones físicas más comunes derivadas de la actividad policial, de acuerdo al estudio “Perfil psicosocial y laboral del oficial de policía en ZMG y el interior del estado”, realizado a cerca de cinco mil policías, situación que buscan cambiar

Las condiciones laborales del actual modelo policial acarrea problemas de salud a los oficiales de las diferentes corporaciones municipales y estatales de la entidad, que se ven reflejados en alteraciones psicológicas y físicas.

El estrés, la ansiedad, la depresión y la obesidad, son las alteraciones físicas más comunes derivadas de la actividad policial, de acuerdo al estudio “Perfil psicosocial y laboral del oficial de policía en ZMG y el interior del estado”, realizado a cerca de cinco mil policías por el Departamento de Psicología Básica, del Centro Universitario de Ciencias de la Salud (CUCS), de la UdeG.

“Esto se debía al cambio frecuente de sus horarios dónde van generando disomnias y parasomnias que lo que provocan es no tener un sueño reparador”, detalla Francisco José Muñoz, jefe del Departamento de Psicología Básica del Centro Universitario de Ciencias de la Salud de la UdeG.

Dicho estudio indica que en la Zona Metropolitana de Guadalajara seis de cada 10 policías municipales o estatales tienen problemas para dormir, el 12% reportó problemas de impulsos agresivos, otro 12% problemas de ansiedad y un 26% enojo, depresión, problemas familiares o resentimientos consigo mismo.



Un caso es el del policía de Guadalajara, Juan Carlos Naranjo, quien en una ocasión trató de rescatar a una familia que era arrastrada por una corriente en el Parque de la Solidaridad, sin embargo sólo pudo ayudar a dos personas; dos menores murieron ahogados, situación que le provocó un sentimiento de culpa, que liberó con una terapia psicológica al interior de la comisaría.

“Siempre te crea un conflicto de que pudiste haber hecho más de que pudiste haber hecho las cosas diferente. Los cambios que noté es que me sentí más liberado, ya no me sentía así como tan culpable, tan mal porque sé que hice lo que está a mi alcance”, apuntó.

El análisis del Departamento de Psicología Básica del Centro Universitario de Ciencias de la Salud revela que cuatro de cada 10 oficiales entrevistados padece un determinado grado de obesidad.

“Debido a una inadecuada cultura alimentaria que se reflejan sobre peso la comida rápida, el no tener tiempo para ir a casa a comer, esto va a repercutir en que su alimentación sea inadecuada”, señaló Francisco José Muñoz.

Ejemplo de ello son los policías de Zapopan, Leandro Barrientos y Gerardo Ramírez, quienes tras someterse a un programa alimenticio y de ejercicio, lograron bajar 17 y 33 kilos, en 10 y 11 meses, respectivamente.


“Nos afecta mucho en el aspecto de correr con el equipo que traemos, sí nos afectaba porque estaba un poco pesado, y sí veíamos que contrarrestaba el actuar en la calle. Sí pone en riesgo nuestra vida. Ahorita ya me siento más ágil, más ligero”, afirmó Leandro.

“Era mucho más lento, mi situación psicológica estaba deteriorada, no confiaba ni en mí mismo; ahora me siento seguro, fuerte, capaz de enfrentar cualquier situación que se presenta en la calle”, comentó Gerardo.

El deterioro físico y de los procesos psicológicos de los policías, sin una atención pronta y adecuada, puede llegar, en un momento dado, a poner en riesgo su vida y la de los demás en su labor operativa.

“Pueden tomar una precipitación en alguno de sus comportamientos, pueden tener algún tipo de desencadenante no propicio a la labor policial. Ellos tienen un arma a cargo, y su factor también es el hecho de que como son índices delictivos. También pueden poner en riesgo su vida y la de las personas”, recalcó Fátima Janeth Pérez Atilano, encargada del Departamento de Psicología de la Policía de Zapopan.

“Lo afecta principalmente en la imagen, en el autoestima también y a veces si tienen alguna otra enfermedad, puede que también les impide hacer el 100% sus funciones, como correr o tener hasta un infarto, por no tener una buena condición física”, señaló Claudia Verónica Bernache, nutrióloga de la Policía de Zapopan.

Entérate:


Especialistas coinciden en señalar que es necesario crear un protocolo homologado en el estado, o por lo menos de la Zona Metropolitana, para que la atención médica de los policías sea sistematizada y con mejores resultados.

“Sí haría falta un registro sistematizado, profundo, que permita diseñar programas de promoción de la salud y prevención de la salud, de psicotrastornos en estas áreas policiales”, puntualizó el jefe Psicología Básica del CUCS.

"Yo considero que es muy importante, sería un esfuerzo muy valioso, no solamente en un protocolo de atención o de prevención psicológica. Es muy difícil porque no existe una homogeneidad de las poblaciones, es decir, no es lo mismo trabajar en una área urbana, que un área suburbana”, apuntó el doctor Eduardo González, responsable del área médica de la Policía de Guadalajara.

Conoce más

Datos del INEGI publicados en noviembre de 20187, indican que a nivel nacional, el 53% de los elementos de Policía sufrió alguna afectación en su salud debido a sus actividades laborales.

Las principales son:

  • Aumento o disminución de peso, 30%
  • Irritabilidad o enojo, 23%
  • Problemas estomacales, 18%
  • Falta de apetito, 10%
  • Estrés, 8%

A saber:

Los horarios de los policías varían según sea la corporación. Algunos trabajan 24 horas por 24 de descanso, o 24 por 48; otros tienen un horario de ocho horas, pero en realidad laboran entre 10 y 12, ya que se ven obligados a salir tarde por las propias necesidades del servicio.

Las condiciones laborales del actual modelo policial acarrea problemas de salud a los oficiales de las diferentes corporaciones municipales y estatales de la entidad, que se ven reflejados en alteraciones psicológicas y físicas.

El estrés, la ansiedad, la depresión y la obesidad, son las alteraciones físicas más comunes derivadas de la actividad policial, de acuerdo al estudio “Perfil psicosocial y laboral del oficial de policía en ZMG y el interior del estado”, realizado a cerca de cinco mil policías por el Departamento de Psicología Básica, del Centro Universitario de Ciencias de la Salud (CUCS), de la UdeG.

“Esto se debía al cambio frecuente de sus horarios dónde van generando disomnias y parasomnias que lo que provocan es no tener un sueño reparador”, detalla Francisco José Muñoz, jefe del Departamento de Psicología Básica del Centro Universitario de Ciencias de la Salud de la UdeG.

Dicho estudio indica que en la Zona Metropolitana de Guadalajara seis de cada 10 policías municipales o estatales tienen problemas para dormir, el 12% reportó problemas de impulsos agresivos, otro 12% problemas de ansiedad y un 26% enojo, depresión, problemas familiares o resentimientos consigo mismo.



Un caso es el del policía de Guadalajara, Juan Carlos Naranjo, quien en una ocasión trató de rescatar a una familia que era arrastrada por una corriente en el Parque de la Solidaridad, sin embargo sólo pudo ayudar a dos personas; dos menores murieron ahogados, situación que le provocó un sentimiento de culpa, que liberó con una terapia psicológica al interior de la comisaría.

“Siempre te crea un conflicto de que pudiste haber hecho más de que pudiste haber hecho las cosas diferente. Los cambios que noté es que me sentí más liberado, ya no me sentía así como tan culpable, tan mal porque sé que hice lo que está a mi alcance”, apuntó.

El análisis del Departamento de Psicología Básica del Centro Universitario de Ciencias de la Salud revela que cuatro de cada 10 oficiales entrevistados padece un determinado grado de obesidad.

“Debido a una inadecuada cultura alimentaria que se reflejan sobre peso la comida rápida, el no tener tiempo para ir a casa a comer, esto va a repercutir en que su alimentación sea inadecuada”, señaló Francisco José Muñoz.

Ejemplo de ello son los policías de Zapopan, Leandro Barrientos y Gerardo Ramírez, quienes tras someterse a un programa alimenticio y de ejercicio, lograron bajar 17 y 33 kilos, en 10 y 11 meses, respectivamente.


“Nos afecta mucho en el aspecto de correr con el equipo que traemos, sí nos afectaba porque estaba un poco pesado, y sí veíamos que contrarrestaba el actuar en la calle. Sí pone en riesgo nuestra vida. Ahorita ya me siento más ágil, más ligero”, afirmó Leandro.

“Era mucho más lento, mi situación psicológica estaba deteriorada, no confiaba ni en mí mismo; ahora me siento seguro, fuerte, capaz de enfrentar cualquier situación que se presenta en la calle”, comentó Gerardo.

El deterioro físico y de los procesos psicológicos de los policías, sin una atención pronta y adecuada, puede llegar, en un momento dado, a poner en riesgo su vida y la de los demás en su labor operativa.

“Pueden tomar una precipitación en alguno de sus comportamientos, pueden tener algún tipo de desencadenante no propicio a la labor policial. Ellos tienen un arma a cargo, y su factor también es el hecho de que como son índices delictivos. También pueden poner en riesgo su vida y la de las personas”, recalcó Fátima Janeth Pérez Atilano, encargada del Departamento de Psicología de la Policía de Zapopan.

“Lo afecta principalmente en la imagen, en el autoestima también y a veces si tienen alguna otra enfermedad, puede que también les impide hacer el 100% sus funciones, como correr o tener hasta un infarto, por no tener una buena condición física”, señaló Claudia Verónica Bernache, nutrióloga de la Policía de Zapopan.

Entérate:


Especialistas coinciden en señalar que es necesario crear un protocolo homologado en el estado, o por lo menos de la Zona Metropolitana, para que la atención médica de los policías sea sistematizada y con mejores resultados.

“Sí haría falta un registro sistematizado, profundo, que permita diseñar programas de promoción de la salud y prevención de la salud, de psicotrastornos en estas áreas policiales”, puntualizó el jefe Psicología Básica del CUCS.

"Yo considero que es muy importante, sería un esfuerzo muy valioso, no solamente en un protocolo de atención o de prevención psicológica. Es muy difícil porque no existe una homogeneidad de las poblaciones, es decir, no es lo mismo trabajar en una área urbana, que un área suburbana”, apuntó el doctor Eduardo González, responsable del área médica de la Policía de Guadalajara.

Conoce más

Datos del INEGI publicados en noviembre de 20187, indican que a nivel nacional, el 53% de los elementos de Policía sufrió alguna afectación en su salud debido a sus actividades laborales.

Las principales son:

  • Aumento o disminución de peso, 30%
  • Irritabilidad o enojo, 23%
  • Problemas estomacales, 18%
  • Falta de apetito, 10%
  • Estrés, 8%

A saber:

Los horarios de los policías varían según sea la corporación. Algunos trabajan 24 horas por 24 de descanso, o 24 por 48; otros tienen un horario de ocho horas, pero en realidad laboran entre 10 y 12, ya que se ven obligados a salir tarde por las propias necesidades del servicio.

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