Son habitantes de ocho colonias del llamado Corredor del Vado los que se resisten a que se construya el panteón para los no identificados, que el Gobierno del Estado con el Ayuntamiento de Tonalá y el Instituto Jalisciense de Ciencias Forenses planearon en la zona, por lo pronto ayer consiguieron la suspensión.
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Alegan que a pesar de estar a 950 metros de sus fraccionamientos, nunca se socializó la obra.
Los habitantes de colonias como El Moral, primera y segunda sección; Paseo de la Cañada, Prados de Tonallan, Vistas de Tonallan, Cañada Real, Las Palmas y Vistas del Pedregal Santa Martha, advierten que no sólo se trata de depósitos por cuatro años -como lo marca la ley- de los cuerpos de quienes tengan muerte violenta y no hayan sido identificados.
Además, recuerdan que posteriormente, pasado el tiempo ahí, serían llevados a hornos, ubicados en esa misma zona, para incinerarlos.
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“Tendremos que soportar los olores fétidos y cenizas, según la dirección del viento, además de los otros problemas que conlleva posibles intentos de recuperar los cuerpos en forma violenta”, añaden.
Dicen que a Tonalá otra vez se le está tratando como “patio trasero”, “no digo aquí, pero nos han mandado basureros, ahora panteones con características especiales y de riesgo para nuestra comunidad, no sé en qué están pensando”, dijo uno de los vecinos, que recuerda los problemas que tuvieron al principio cuando les pusieron casetas a los ingresos a sus fraccionamientos y les cobraban por entrar y salir a sus casas.
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Este sábado se manifestaron a las 10:00 horas y encontraron rápida respuesta, la suspensión de obras, para reiniciar el diálogo y acordar qué van a hacer a futuro al respecto.