UdeG obtiene patente de antibiótico natural de la piel de la rana

En principio puede ser producido y comercializado para uso veterinario

Elsa Arenas

  · viernes 29 de junio de 2018

Después de una década, por fin se logró patentar un antibiótico natural elaborado con piel de rana. Foto: UdeG

Después de una década, por fin se logró patentar un antibiótico natural, alternativo a la penicilina, que en principio puede ser producido y comercializado para uso veterinario en el tratamiento de la mastitis bovina; pero, que en diferentes protocolos con pruebas preliminares ha curado tiña y acné en humanos, así como potencialidad para otras ramas.



El doctor, Alfonso Islas Rodríguez, del Centro Universitario de Ciencias Biológico Agropecuarias (CUCBA) de la UdeG, comenzó el proyecto de investigación desde hace más de 17 años; en el curso de su protocolo, el investigador analizó la piel de la rana toro, de la que determinó propiedades que derivaron en el antibiótico veterinario, ranamicina; pues se puede aplicar a las ubres de las vacas lecheras y curar la mastitis en una semana; sin retirarla de la ordeña, sin dejar residuos del antibiótico que pongan en riesgo los productos lácteos.


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“El producto Ranamicina como producto natural no tiene competencia y por lo tanto las capacidades del producto y su comercialización no tienen precedentes” destacó el secretario de vinculación y desarrollo empresarial del CUCEA, Andrés López Díaz, por lo que ya iniciaron el trámite de registro en Brasil y desde hace 7 años trabajan en lograr el mejor plan de negocios para la comercialización de la ranamicina.

El Dr. Islas Rodríguez entregó en acto protocolario al rector general de la UdeG, Miguel Ángel Navarro Navarro, la patente de su trabajo para que sea la Universidad de Guadalajara (UdeG) la que tenga el resguardo y uso de la misma durante 20 años.


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“Las ramificaciones que puede tener esto son diversas, y es para mí un gusto entregar el producto de este trabajo de todas estas persona que he mencionado a la Universidad por medio del rector general, con muchísimo gusto pues es mi casa de trabajo, la que me permitió hacerlo” destacó el Dr. Islas.

Cabe destacar que esta patente se logró gracias a que CONACYT fue la que entregó recursos para los protocolos de investigación del Dr. Islas y pagó abogados para generar la patente.