Desangelada amaneció este sábado la ciudad tras los festejos por Año Nuevo; negocios cerrados y pocas actividades a disfrutar inhibieron a tapatíos de salir salvo para sus actividades laborales diarias.
Si bien conforme avanzó el día incrementó la afluencia de personas en puntos estratégicos de la ciudad, como el Centro Histórico, lo cierto es que la gran cantidad de comercios que este 1 de enero decidieron cerrar mermó la actividad, lo cual puso en aprietos a más de algún ciudadano que de todas formas sí decidió salir ya sea solo o con la familia.
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Los establecimientos más concurridos durante la mañana de este sábado fueron los de comida, y aunque no faltaron los que cerraron temprano, otros más, de alguna cadena comercial, fueron la salvación para más de alguno.
Los puestos pequeños de comida en alguna colonia o a las afueras de los templos, en donde se llevó a cabo la misa por el inicio de año, se instalaron temprano para atender a quienes se quedaron sin recalentado y fueron a hacerse de lo que sea para comer con la familia.
Los medias jornadas tampoco faltaron en trabajadores en rubros de servicios, quienes se alternaron los turnos para poder atender a la ciudadanía. A decir de algunos, aunque de manera generalizada el inicio de año es más tranquilo, durante el día la gente, aunque poca, no deja de llegar.
El transporte público también presentó su diferencia, pues además de tener un frecuencia de paso más prolongada, lo que orilló a tapatíos a tomar previsiones como irse con tiempo a esperar alguna ruta, las paradas de camión al menos durante la mañana lucieron solitarias.