Amigos, compañeros y familiares dieron el último adiós al comandante Jorge Roberto Pulido González, de 92 años de edad, y 69 de voluntario en la Cruz Roja, quien falleció el viernes después de haber sido atropellado el pasado jueves al terminar su turno, a unas cuadras de la Benemérita Institución.
El subdelegado de la Cruz Roja Jalisco, Jaime Rivas Brambila, destacó la labor humanitaria del comandante Pulido, como lo conocían sus amigos compañeros.
“Nos supo enseñar que en debilidad de la edad se refleja la fuerza del espíritu que nos legó otro visionario. Nos demostró que el espíritu de servir a los demás no se acaba ni se desgasta, al contrario, se fortalece con al amor al prójimo. Muchas gracias, Roberto, por tu ejemplo, trayectoria y guía; no puedo decir que te extrañaremos porque cada en día, en cualquier servicio estarás siempre presente”, detalló.
El homenaje se realizó en el Auditorio Teresa de Calcuta, de la Delegación Guadalajara de la Cruz Roja Mexicana, en donde estuvieron presentes sus compañeros y directivos, quienes realizaron guardias de honor.
Sonaron el toque del silencio, las sirenas de las ambulancias y los aplausos en el que corrido que hizo el cortejo fúnebre por las calles aledañas a la sede de Cruz Roja Guadalajara, al que se sumaron los vecinos y peatones.
Don Roberto fue atropellado por un camión de tres toneladas la tarde del jueves en el cruce de la Calzada Independencia y la calle San Diego, en el Parque Morelos.
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Don Jorge Roberto González Pulido, nacido en 1927, ingresó al servicio voluntario de Cruz Roja Guadalajara como ambulante y luego socorrista, el 14 de abril de 1950, y con 60 años de servir permanecía activo.
Se desempeñó como socorrista, chofer, jefe de ambulancias, jefe de socorristas y jefe de guardias. En el año 2006 se le otorgó el Grado de Comendador por la Legión de Honor.
González Pulido participó en servicios destacados, como el descarrilamiento del ferrocarril en la Barranca del Muerto, rumbo a Colima, en 1953; accidente aéreo en el Cerro de las Latillas, Tlajomulco, en 1958; el huracán del 26 de octubre de 1959, en Colima; el sismo en Ciudad Guzmán, en 1985; explosiones del 22 de abril de 1992, así como acopios y colectas, año con año.