No se amedentra, grita y reclama y defiende la honorabilidad de su esposo el policía investigador Raúl Gómez Mireles con 28 años y medio de servicio. "Mi esposo nunca debió estar ahí, es diabético y debieron regresarlo por ser parte de la población vulnerable (Covid-19)", manifestó en entrevista con EL OCCIDENTAL Patricia Nazarin.
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Dijo que a pesar de su enfermedad "mi esposo trae puesta la camiseta, le echa todos los kilos, no se detiene por su enfermedad, pero que no le paguen con esto. El Alfaro (Gobernador) debería haber mandado a su gente a revisar a todos los compañeros médicamente y no los traigan en chinga y ellos rascándose la pinche panza".
Vio a su esposo el sábado 6 de junio por la mañana, " no tengo miedo, me da impotencia, no sólo es mi esposo están otros como el comandante Perea, ellos reciben órdenes no se mandan solos".
El policía investigador le dijo a su esposa que no se movió del lugar donde lo tenían, después le dan la orden de moverse a otro lugar para mover a unas personas estaban ahí " por eso se movió del lugar, pero nunca golpeó a nadie".
Agrega: “él es diabético que no puede correr, ni caminar. De hecho, el Gobernador dio la orden de que todas las personas enfermas las regresaran a sus casas y con mi esposo no lo hicieron".
Los que ya están por jubilarse como su marido con 28 años y medio de servicio "les ponen trabas para que tengan problemas y ya no se jubilen bien y salgan mal de la corporación. ¡Ese es el agradecimiento del Gobierno!".