/ martes 22 de marzo de 2022

Plaza Tapatía, un lugar de promesas y proyectos no concretados

Generar motivos para que se visite el lugar es uno de los grandes retos de las administraciones actuales: Cámara de Comercio de Guadalajara

Se erigió como una gigante, hasta obligar a demoler la antigua plaza de toros, dispuesta a traer cambio al unir dos partes de Guadalajara, cuyos habitantes son catalogados todavía en los "de la Calzada para allá y los de la Calzada para acá"; pero al final la Plaza Tapatía, a 40 años de su creación, se ha quedado como ese lugar conocido por todos, pero olvidado por más.

El 5 de febrero del 1982 fue inaugurada. Su sola llegada ya había generado críticas y comentarios debido a su construcción -literal- por encima de decenas de fincas con valor patrimonial patrimoniales y otros sitios icónicos, como lo fue la emblemática plaza de toros El Progreso, que tras más de 100 años de historia fue demolida, sin más, borrando del imaginario de las nuevas generaciones siquiera su existencia en pleno Centro Histórico de Guadalajara.

Foto. Francisco Rodríguez | El Occidental

Pese a que Plaza Tapatía fue creada con un fin de cara a la modernidad que se buscó alcanzar en el momento, teniendo como centro la Inmolación de Quetzalcóatl –escultura del artista Víctor Manuel Contreras–, lo cierto es que el lugar no ha acabado con la segregación o la desigualdad, ya que se ha convertido en un espacio de paso, y no como tal un punto de encuentro, ante la proliferación de negocios como el Centro Joyero, pero con la ausencia de más oferta económica y social que atraiga a los tapatíos.

Te recomendamos:

Para el presidente de la Cámara de Comercio de Guadalajara, Raúl Uranga Lamadrid, el generar motivos para que la ciudadanía visite el lugar es uno de los grandes retos de las administraciones actuales.

Si bien, admite, como tal no conoce un proyecto a corto plazo para intervenir la zona, considera que la intención del Gobierno de Guadalajara de habitar el Centro vendrá a beneficiar tarde o temprano a Plaza Tapatía, pues es un lugar idóneo para muchas oficinas que generaría movimiento, así como la necesidad de comercios y, por qué no, vivienda.

"La plaza en su momento fue un gran esfuerzo y también hubo una gran destrucción del patrimonio de la ciudad. Hoy tenemos el reto de que lo volvamos a utilizar (...). Esto llegaría a consolidar este proyecto como todos los tapatíos quisiéramos. Con todas las líneas de transporte que nutren al Centro y con las mejoras que se han hecho en infraestructura, pues pueden hacerlo muy atractivo para ir a trabajar o para vivir", manifestó.

Un lugar de olvido

Claro que la transición para llegar a la construcción de Plaza Tapatía no se dio de forma tan abrupta, y es que a pesar de la existencia de lugares emblemáticos, para finales de los 80 ya había fincas abandonadas así como vecindades, que se alejaban mucho del concepto inicial con el que la zona fue instaurada por allá de mediados del siglo XVI, con la fundación de Guadalajara.

Para muchos puede ser un proyecto fallido, sobre todo por la proliferación de personas sin hogar que -ante la falta de un mejor lugar- encuentran cobijo entre sus recovecos, o por la inseguridad que se asienta con mayor presencia al concluir el día, sin embargo, los esfuerzos por hacer visible la plaza continúan de alguna u otra manera.

Foto. Francisco Rodríguez | El Occidental

"En la explanada se autorizaron, y lo podemos ver, los comercios semifijos de artesanías; tenemos contabilizados alrededor de 60. Es una zona que le ha costado trabajo despegar, quizá lo más exitoso que tenemos hoy por la Plaza Tapatía pues son los centros joyeros, que son alrededor de 12. Pensamos que se tiene que trabajar de una manera intensa para generar los motivos de visita", señala el líder empresarial.

Se reactiva poco a poco

Si bien espectáculos como GDLuz o el festival navideño Ilusionante han representado un detonador considerable para el centro, y por ende la plaza, lo cierto es que con la pandemia por Covid-19 la reactivación económica ha tardado en darse, sobre todo por la falta de apertura de nuevos negocios.

Andadores comerciales como el de Morelos generan un incentivo para que Plaza Tapatía no quede desatendida, sin embargo, Uranga Lamadrid insiste en la necesidad de suscitar más contenido para que la gente visite el centro.

"Esto representará una oportunidad para aquellos comerciantes que quieran moverse al centro, pues este es un espacio que tiene ya toda la infraestructura lista; estacionamientos, instalaciones, etc., para ubicarse en el centro. Lo que tenemos que trabajar es en generar estos motivos como se están generando en Paseo Fray Antonio Alcalde".

Se requiere voluntad

No obstante, para Lorenzo Zambrano, que tiene como comerciante en la zona prácticamente desde los años 80, lo que hace falta para mejorar Plaza Tapatía y sus alrededores es verdadera voluntad política.

Asentado en comercio fijo, desde 1995, con la venta de productos de piel en el andador de Morelos -uno de los trayectos que lleva directo a la plaza-, considera que la falta de orden con artesanos indígenas (que les generan competencia desleal), la poca intención de hacer más fácil la apertura de negocios, y la inseguridad en zonas como el Paseo Degollado, son fuertes impedimentos para que el lugar despegue como debería.

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"Se oye más institucionalizada la inseguridad, sí hemos tenido robos esporádicos, pero el que más sufre las consecuencias es el turista pues les arrancan cadenas, les roban celulares. (La zona) fue un esfuerzo muy costoso para darle una vista a la ciudad. Se derribaron casas antiguas coloniales y lo más lamentable fue que derribaran la plaza de toros, pero quedó bien, hacían falta estacionamientos, sin embargo, sigue siendo aprovechado por otras gentes. Las autoridades deberían poner de su parte para reactivar la zona".

Caso contrario, manifestó Uranga Lamadrid, pues si bien la inseguridad es una dinámica que ha estado presente, la presencia de más policías –y la instalación incluso de una policía turística– ha inhibido cada vez más el problema. Añadió que a medida de que la gente se apropie de estos espacios y que no se vuelvan a presentar restricciones como el año pasado con la pandemia, la zona tiene gran potencial para revivir.

“Sí ha tenido una mejora el centro, pero siempre el reto va a ser en aquellas zonas en las que no haya actividad comercial, no haya turistas, no haya gente, pues se convierten en zonas de nadie, y es donde la inseguridad puede aumentar (…). A medida que nos apropiemos la ciudadanía de los espacios públicos, como es el caso de la Plaza Tapatía, pues está comprobado que los niveles de inseguridad tienden a disminuir”.

Se erigió como una gigante, hasta obligar a demoler la antigua plaza de toros, dispuesta a traer cambio al unir dos partes de Guadalajara, cuyos habitantes son catalogados todavía en los "de la Calzada para allá y los de la Calzada para acá"; pero al final la Plaza Tapatía, a 40 años de su creación, se ha quedado como ese lugar conocido por todos, pero olvidado por más.

El 5 de febrero del 1982 fue inaugurada. Su sola llegada ya había generado críticas y comentarios debido a su construcción -literal- por encima de decenas de fincas con valor patrimonial patrimoniales y otros sitios icónicos, como lo fue la emblemática plaza de toros El Progreso, que tras más de 100 años de historia fue demolida, sin más, borrando del imaginario de las nuevas generaciones siquiera su existencia en pleno Centro Histórico de Guadalajara.

Foto. Francisco Rodríguez | El Occidental

Pese a que Plaza Tapatía fue creada con un fin de cara a la modernidad que se buscó alcanzar en el momento, teniendo como centro la Inmolación de Quetzalcóatl –escultura del artista Víctor Manuel Contreras–, lo cierto es que el lugar no ha acabado con la segregación o la desigualdad, ya que se ha convertido en un espacio de paso, y no como tal un punto de encuentro, ante la proliferación de negocios como el Centro Joyero, pero con la ausencia de más oferta económica y social que atraiga a los tapatíos.

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Para el presidente de la Cámara de Comercio de Guadalajara, Raúl Uranga Lamadrid, el generar motivos para que la ciudadanía visite el lugar es uno de los grandes retos de las administraciones actuales.

Si bien, admite, como tal no conoce un proyecto a corto plazo para intervenir la zona, considera que la intención del Gobierno de Guadalajara de habitar el Centro vendrá a beneficiar tarde o temprano a Plaza Tapatía, pues es un lugar idóneo para muchas oficinas que generaría movimiento, así como la necesidad de comercios y, por qué no, vivienda.

"La plaza en su momento fue un gran esfuerzo y también hubo una gran destrucción del patrimonio de la ciudad. Hoy tenemos el reto de que lo volvamos a utilizar (...). Esto llegaría a consolidar este proyecto como todos los tapatíos quisiéramos. Con todas las líneas de transporte que nutren al Centro y con las mejoras que se han hecho en infraestructura, pues pueden hacerlo muy atractivo para ir a trabajar o para vivir", manifestó.

Un lugar de olvido

Claro que la transición para llegar a la construcción de Plaza Tapatía no se dio de forma tan abrupta, y es que a pesar de la existencia de lugares emblemáticos, para finales de los 80 ya había fincas abandonadas así como vecindades, que se alejaban mucho del concepto inicial con el que la zona fue instaurada por allá de mediados del siglo XVI, con la fundación de Guadalajara.

Para muchos puede ser un proyecto fallido, sobre todo por la proliferación de personas sin hogar que -ante la falta de un mejor lugar- encuentran cobijo entre sus recovecos, o por la inseguridad que se asienta con mayor presencia al concluir el día, sin embargo, los esfuerzos por hacer visible la plaza continúan de alguna u otra manera.

Foto. Francisco Rodríguez | El Occidental

"En la explanada se autorizaron, y lo podemos ver, los comercios semifijos de artesanías; tenemos contabilizados alrededor de 60. Es una zona que le ha costado trabajo despegar, quizá lo más exitoso que tenemos hoy por la Plaza Tapatía pues son los centros joyeros, que son alrededor de 12. Pensamos que se tiene que trabajar de una manera intensa para generar los motivos de visita", señala el líder empresarial.

Se reactiva poco a poco

Si bien espectáculos como GDLuz o el festival navideño Ilusionante han representado un detonador considerable para el centro, y por ende la plaza, lo cierto es que con la pandemia por Covid-19 la reactivación económica ha tardado en darse, sobre todo por la falta de apertura de nuevos negocios.

Andadores comerciales como el de Morelos generan un incentivo para que Plaza Tapatía no quede desatendida, sin embargo, Uranga Lamadrid insiste en la necesidad de suscitar más contenido para que la gente visite el centro.

"Esto representará una oportunidad para aquellos comerciantes que quieran moverse al centro, pues este es un espacio que tiene ya toda la infraestructura lista; estacionamientos, instalaciones, etc., para ubicarse en el centro. Lo que tenemos que trabajar es en generar estos motivos como se están generando en Paseo Fray Antonio Alcalde".

Se requiere voluntad

No obstante, para Lorenzo Zambrano, que tiene como comerciante en la zona prácticamente desde los años 80, lo que hace falta para mejorar Plaza Tapatía y sus alrededores es verdadera voluntad política.

Asentado en comercio fijo, desde 1995, con la venta de productos de piel en el andador de Morelos -uno de los trayectos que lleva directo a la plaza-, considera que la falta de orden con artesanos indígenas (que les generan competencia desleal), la poca intención de hacer más fácil la apertura de negocios, y la inseguridad en zonas como el Paseo Degollado, son fuertes impedimentos para que el lugar despegue como debería.

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"Se oye más institucionalizada la inseguridad, sí hemos tenido robos esporádicos, pero el que más sufre las consecuencias es el turista pues les arrancan cadenas, les roban celulares. (La zona) fue un esfuerzo muy costoso para darle una vista a la ciudad. Se derribaron casas antiguas coloniales y lo más lamentable fue que derribaran la plaza de toros, pero quedó bien, hacían falta estacionamientos, sin embargo, sigue siendo aprovechado por otras gentes. Las autoridades deberían poner de su parte para reactivar la zona".

Caso contrario, manifestó Uranga Lamadrid, pues si bien la inseguridad es una dinámica que ha estado presente, la presencia de más policías –y la instalación incluso de una policía turística– ha inhibido cada vez más el problema. Añadió que a medida de que la gente se apropie de estos espacios y que no se vuelvan a presentar restricciones como el año pasado con la pandemia, la zona tiene gran potencial para revivir.

“Sí ha tenido una mejora el centro, pero siempre el reto va a ser en aquellas zonas en las que no haya actividad comercial, no haya turistas, no haya gente, pues se convierten en zonas de nadie, y es donde la inseguridad puede aumentar (…). A medida que nos apropiemos la ciudadanía de los espacios públicos, como es el caso de la Plaza Tapatía, pues está comprobado que los niveles de inseguridad tienden a disminuir”.

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