El Congreso de la Unión aprobó un punto de acuerdo de la diputada federal de Jalisco por el Partido Verde Ecologista, Soraya Flores Carranza, para exhortar a la Cofrepris, Secretaría de Salud y Profeco para que implementen acciones que permitan a los consumidores identificar claramente en el etiquetado la diferencia entre leche y formula láctea.
De esta forma se podrá evitar que los consumidores finales “sean engañados” con productos que dicen contener leche y están elaborados con fórmulas o componentes similares a los de la leche.
Con estas acciones se podrá “evitar el engaño, proteger a los productores y garantizar a las personas una alimentación nutritiva, que conozcan que lo que están tomando es, o no, autentica leche y su calidad”, ya que actualmente las etiquetas de estos productos no lo señalan claramente.
El acuerdo señala enviar un exhorto respetuoso “a la Secretaría de Salud y a la Secretaría de Economía, por conducto del Instituto Mexicano de la Propiedad Industrial y la Procuraduría Federal del Consumidor, para que en un trabajo coordinado y de manera libre implementen acciones que, a corto plazo, permitan el consumidor identifique en términos claros y comprensibles, la diferencia entre la leche y las fórmulas lácteas”.
Así como la diferencia de éstas con los productos lácteos combinados, cuidando la adecuada notificación al consumidor del origen, el contenido y calidad de cada producto.
Según datos de un estudio hecho por Profeco en el 2014 indican que de 105 marcas de leche, 17 fórmulas lácteas y tres productos lácteos combinados, se concluyó “que, 15 de las 17 fórmulas lácteas tienen menos proteína, lactosa o sólidos no grasos que lo requerido por las Normas Oficiales Mexicanas para denominarse así, existiendo un sinnúmero de marcas que aseveran vender leche bovina sin que el líquido lo sea”.
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Además, los resultados arrojaron que en algunos casos la información proporcionada en el etiquetado de las marcas resulta no ser veraz, induciendo al consumidor al error o engaño.
Según la NOM-183-SCFI-2012, denominada “Producto Lácteo y Producto Lácteo Combinado Denominaciones, Especificaciones Fisicoquímicas, Información Comercial y Métodos de Prueba”, un producto lácteo es elaborado con ingredientes propios de la leche, tales como caseína, suero de leche, agua, proteína de leche, es decir, no es leche, sino un líquido que se compone de ingredientes semejantes a los que por naturaleza contiene la leche de bovino.
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“Marcas que comercializan fórmula láctea han logrado que el consumidor identifique su producto como auténtica ‘leche’, aun cuando no lo es. Lo anterior, principalmente porque ante el Instituto Mexicano de la Propiedad Industrial, la clasificación para el registro de marca o nombre comercial se hace bajo la clase 29 que engloba a la ‘Leche y productos lácteos’. Esto es, cuando un interesado hace un registro de marca o nombre comercial para la comercialización de un producto, ya sea que se trate de leche o formula láctea”.
El registro se hace dentro de la clase 29, asumiendo que la fórmula láctea se entiende como “producto lácteo”, lo cual permite que un comercializador de fórmula láctea logre registrar un “signo distintivo” en el mismo rubro que un comercializador de leche; “esta situación permite que la imagen, los símbolos, figuras, vocablos y cualquier tipo de expresión en el empaque y publicidad, sea semejante entre leche y fórmula láctea” explica la diputada en el documento.
Por eso pidió también la intervención de la Profeco, ya que su función es la proteger los derechos y la cultura del consumidor, procurar la equidad, certeza y seguridad jurídica entre proveedores y consumidores, por eso se requiere que “sea un vigilante estricto en la licitud de la publicidad y tome acciones para evitar que se induzca al error o a la confusión al consumidor, ya sea por inexactitud o por publicidad engañosa.
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