El Premio Nobel de Literatura 2006, Orhan Pamuk, por segunda ocasión invitado de la FIL, y en su presentación del libro La Mujer del Pelo Rojo, habló de su primera visita a México (1986, Mérida), la legitimación histórica de Edipo, los cambios en su nostálgica Estambul, los temores de la humanidad y hasta su rechazo al polémico Nobel de Bob Dylan.
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El escritor turco explicó cómo con la ayuda de Borges, deconstruyó la historia griega de Edipo, la entrelazó con una historia sufí persa clásica, la visión moderna de la individualidad, la legitimación del autoritarismo y el individualismo, todo a través de la visión de la mujer de pelo rojo.
También platicó sobre su nostálgico Estambul, “mi Estambul cambió desde 2003, pero también las ciudades y las sociedades cambian, las circunstancias cambian”.
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De como los poetas turcos han sido encarcelados por una sociedad que ha legitimado la crueldad por tener ideas contrarias, “son crueles con artistas que dicen la verdad, pero es también una crueldad pública organizada, no de una sola persona; decir tenemos que ahorcar ese poeta maravilloso y llorar después es legitimación de acotar a ese poeta”, mencionó.
En esta vida moderna dijo ya no hay humor, “incluso bajo el régimen soviético el humor era más abundante, estamos en una situación terrible, espero que cambie, si ríe no duele tanto”.
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A sus 65 años de vida, dijo que los temores básicos de la humanidad no son los económicos, es la vanidad, la identidad, y nuestro lugar en el mundo, “qué tan importantes somos, son cosas esenciales y no hay literatura sin ellas, la literatura es también acerca de cómo otros nos ven y cómo nosotros contemplamos a otros. La literatura es una representación de otros, de nosotros y estar preocupados de como nos ven los demás” y esto alimenta el nacionalismo, el cosmopolitismo, autoritarismo, conservadurismo, los temas que maneja en sus obras.
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Al final Parmuk mencionó que la Academia Sueca se equivocó al haberle dado el Premio Nobel de Literatura a Bob Dylan, pues debe ser para gente que hace literatura, se dijo molesto por la decisión, sobre todo porque es difícil expresarse contra Dylan que es muy querido en Estados Unidos, donde radica el escritor.
