Los activistas de organizaciones como Conciencia Cívica, Parlamento de colonias y Rancho Contento pactaron con desarrolladores de las Villas Panamericanas el respeto a la zona de recarga del Bajío y evitar cualquier obra en el Área Natural Protegida a cambio de desistirse de cualquier acción legal.

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Esto permitiría que continúen las acciones para reparar los edificios que duraron por años abandonados y permitir su uso. Ahora Zapopan debe dar los permisos de habitabilidad. También se ajustarían los usos del suelo y las densidades de población conforme al Plan Parcial ZPN 9-15 Bajío Norte aprobado y publicado en el 2008.

Esto implique de igual manera que queden sin efecto demandas y denuncias que había entre ambas partes, algunas suspensiones incluso dictadas por los tribunales y donde poco a poco éstos comenzaban a ceder.

Como se recordará en su momento hubo señalamientos fuertes contra algunos de estos activistas, acusándolos de intento de extorsión y de tener otros intereses.