/ miércoles 24 de marzo de 2021

Universidades privadas cierran filas para proteger al Bosque de la Primavera

El modelo del Bosque Interuniversitario busca generar colaboraciones académicas, científicas y culturales entre las cuatro instituciones

El ITESO, la Universidad del Valle de Atemajac (Univa), la Universidad Panamericana (UP), campus Guadalajara, y la Universidad Marista de Guadalajara (UMG), que son dueñas de 410 hectáreas dentro del Área Natural Protegida del Bosque de la Primavera, con gran biodiversidad, cerraron filas en torno a los riesgos que enfrenta, de incendios e invasiones, y firmaron un convenio de colaboración. De 1998 a la fecha, el fuego ha destruido 58 mil hectáreas.


“Se trata de un proyecto vinculado al cumplimiento de los derechos humanos. La Primavera es un Área Natural que juega un papel clave, tenemos que cuidar las zonas de recarga de mantos acuíferos. El cuidado de la casa común es un imperativo ético, pues debemos dejar de ver a la naturaleza como algo utilitario”, dijo durante la firma del convenio Luis Arriaga, SJ, rector del ITESO.

Y es que el riesgo es inminente y constante. A lo largo de los últimos 23 años, se reportan incendios que han afectado 58 mil hectáreas del principal pulmón de la Zona Metropolitana de Guadalajara.

Sin embargo, la sorpresa es que el bosque solo mide 30 mil hectáreas. Es decir, esto significaría que se ha quemado prácticamente dos veces el bosque, un 190% de su superficie.

Óscar Castro, académico del ITESO, durante la presentación del convenio para la creación del Bosque Interuniversitario, dio a conocer esas cifras y parte de la historia de ese predio, que llegó a las universidades a través de una donación que en los años noventa hizo el señor Cástulo Romero Valencia.



Es un conjunto de predios rústicos con una importante biodiversidad de flora y fauna en la que se ha documentado la presencia de al menos 29 especies de mamíferos, incluyendo pumas, linces, coyotes y venados cola blanca, entre otros, así como una importante variedad de orquídeas terrestres, que otorgó a cada una de las universidades participantes en el proyecto de Bosque Interuniversitario.

Hasta ahora cada una de las universidades trabajaba por su cuenta. El ITESO, por ejemplo, mantiene desde hace varios años el proyecto de Bosque Escuela. Ahora, más de dos décadas después, las casas de estudios han decidido sumar esfuerzos para diseñar un modelo de conservación que permita compartir responsabilidades y que abone en el cumplimiento del derecho humano a la salud y al medio ambiente.

El modelo del Bosque Interuniversitario busca generar colaboraciones académicas, científicas y culturales entre las cuatro instituciones privadas. Tiene tres objetivos principales: desarrollar un modelo de gestión innovador, fortalecer la vinculación y poner en relieve las capacidades con que cuenta cada institución, sostuvo el rector del ITESO, quien añadió que “el deterioro ambiental y social afectan a los más desfavorecidos. Debemos atender esta situación para contribuir y detener el maltrato a la casa común, buscando nuevos liderazgos y nuevas formas de gestión. Que este esfuerzo se sume a otros esfuerzos”.


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Roberto Carillo, rector de la UMG, por su parte dio a conocer “Quizá esta no es la solución, pero si es un esfuerzo por tratar de revertir el daño”, señaló que esta iniciativa también debe implicar una tarea al interior de cada universidad para que docentes y comunidad estudiantil se sumen. “Como universidades debemos trabajar juntas y poner al servicio de la comunidad todas nuestras riquezas”.

Recordó que a pesar de que se repiten cada año, porque cada año arde La Primavera durante la temporada de estiaje, es importante recordar los riesgos que corre la ZMG por no cuidar su pulmón principal: pérdida de servicios ambientales, contaminación atmosférica, inundaciones. A todo esto -dijo- hay que sumar una nueva variable: debido a la dificultad para vigilar el bosque en toda su extensión, ha venido siendo utilizado por grupos de la delincuencia organizada como tiradero de restos humanos.


José Antonio Esquivias, rector de la UP, campus Guadalajara, señaló que “tenemos la obligación institucional de construir un mundo mejor”, por lo que es necesario fomentar la conciencia ecológica entre la sociedad. Por su parte, Francisco Ramírez, rector de la Univa, señaló que las personas más vulnerables son siempre las principales víctimas del cambio climático, por lo que el trabajo en materia ecológica “se convierte siempre en un protocolo social”.

El ITESO, la Universidad del Valle de Atemajac (Univa), la Universidad Panamericana (UP), campus Guadalajara, y la Universidad Marista de Guadalajara (UMG), que son dueñas de 410 hectáreas dentro del Área Natural Protegida del Bosque de la Primavera, con gran biodiversidad, cerraron filas en torno a los riesgos que enfrenta, de incendios e invasiones, y firmaron un convenio de colaboración. De 1998 a la fecha, el fuego ha destruido 58 mil hectáreas.


“Se trata de un proyecto vinculado al cumplimiento de los derechos humanos. La Primavera es un Área Natural que juega un papel clave, tenemos que cuidar las zonas de recarga de mantos acuíferos. El cuidado de la casa común es un imperativo ético, pues debemos dejar de ver a la naturaleza como algo utilitario”, dijo durante la firma del convenio Luis Arriaga, SJ, rector del ITESO.

Y es que el riesgo es inminente y constante. A lo largo de los últimos 23 años, se reportan incendios que han afectado 58 mil hectáreas del principal pulmón de la Zona Metropolitana de Guadalajara.

Sin embargo, la sorpresa es que el bosque solo mide 30 mil hectáreas. Es decir, esto significaría que se ha quemado prácticamente dos veces el bosque, un 190% de su superficie.

Óscar Castro, académico del ITESO, durante la presentación del convenio para la creación del Bosque Interuniversitario, dio a conocer esas cifras y parte de la historia de ese predio, que llegó a las universidades a través de una donación que en los años noventa hizo el señor Cástulo Romero Valencia.



Es un conjunto de predios rústicos con una importante biodiversidad de flora y fauna en la que se ha documentado la presencia de al menos 29 especies de mamíferos, incluyendo pumas, linces, coyotes y venados cola blanca, entre otros, así como una importante variedad de orquídeas terrestres, que otorgó a cada una de las universidades participantes en el proyecto de Bosque Interuniversitario.

Hasta ahora cada una de las universidades trabajaba por su cuenta. El ITESO, por ejemplo, mantiene desde hace varios años el proyecto de Bosque Escuela. Ahora, más de dos décadas después, las casas de estudios han decidido sumar esfuerzos para diseñar un modelo de conservación que permita compartir responsabilidades y que abone en el cumplimiento del derecho humano a la salud y al medio ambiente.

El modelo del Bosque Interuniversitario busca generar colaboraciones académicas, científicas y culturales entre las cuatro instituciones privadas. Tiene tres objetivos principales: desarrollar un modelo de gestión innovador, fortalecer la vinculación y poner en relieve las capacidades con que cuenta cada institución, sostuvo el rector del ITESO, quien añadió que “el deterioro ambiental y social afectan a los más desfavorecidos. Debemos atender esta situación para contribuir y detener el maltrato a la casa común, buscando nuevos liderazgos y nuevas formas de gestión. Que este esfuerzo se sume a otros esfuerzos”.


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Roberto Carillo, rector de la UMG, por su parte dio a conocer “Quizá esta no es la solución, pero si es un esfuerzo por tratar de revertir el daño”, señaló que esta iniciativa también debe implicar una tarea al interior de cada universidad para que docentes y comunidad estudiantil se sumen. “Como universidades debemos trabajar juntas y poner al servicio de la comunidad todas nuestras riquezas”.

Recordó que a pesar de que se repiten cada año, porque cada año arde La Primavera durante la temporada de estiaje, es importante recordar los riesgos que corre la ZMG por no cuidar su pulmón principal: pérdida de servicios ambientales, contaminación atmosférica, inundaciones. A todo esto -dijo- hay que sumar una nueva variable: debido a la dificultad para vigilar el bosque en toda su extensión, ha venido siendo utilizado por grupos de la delincuencia organizada como tiradero de restos humanos.


José Antonio Esquivias, rector de la UP, campus Guadalajara, señaló que “tenemos la obligación institucional de construir un mundo mejor”, por lo que es necesario fomentar la conciencia ecológica entre la sociedad. Por su parte, Francisco Ramírez, rector de la Univa, señaló que las personas más vulnerables son siempre las principales víctimas del cambio climático, por lo que el trabajo en materia ecológica “se convierte siempre en un protocolo social”.

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