Se calcula que en el país, cada de sus habitantes consume por año 17.2 kilos de chile, uno de los productos que distinguen a la nación en el extranjero.
Solo de chile verde, la producción el año pasado alcanzó los 3 millones 324 mil 260 toneladas, lo que mantiene al país como el segundo productor mundial y con creciente aceptación en los mercados internacionales, mejorando además su valor de producción a 34 mil 012 millones de pesos, un 3.8% mayor respecto al 2019.
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El chile se produce en prácticamente todo el territorio nacional y en México hay más de cien variedades, siendo Chihuahua donde más se cosecha, pues al año pasado alcanzó 723 mil toneladas de chile verde, mientras que Sinaloa alcanzó 648 mil 222 toneladas; Zacatecas registró 458 mil 943 toneladas; San Luis Potosí produjo 327 mil 124 toneladas; Sonora registró 223 mil 432 toneladas y Jalisco 189 mil 611 toneladas.
Su cultivo requiere temperaturas templadas y calientes. En condiciones adecuadas, la planta mide entre 30 y 80 centímetros de altura y el fruto presenta características variadas: dulce o picante, según el estímulo gustativo que provoca, y el color rojo, anaranjado, verde, blanco o purpúreo, de acuerdo con el grado de madurez.
Estas particularidades se deben a las numerosas semillas y venas donde se concentra, en mayor o menor medida, la sustancia picante llamada capsaicina, informó la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural.
El chile se relaciona también con algunos efectos medicinales, pues aumenta el número de calorías quemadas durante la digestión, reduce los niveles de colesterol, es un anticoagulante y se asocia con cualidades antioxidantes.
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