Todo parece indicar que la gran mayoría de los jaliscienses no tiene temor ni preocupación por ser potenciales enfermos de Covid-19, ya que este sábado se pudo observar un incremento importante en la movilidad social y un aumento en el número de vehículos en las diversas calles del área metropolitana.
Tal es el caso de la avenida Lázaro Cárdenas, la cual hasta hace tres semanas prácticamente se recorría como si fuera día festivo, pocas unidades, poco tiempo para cruzarla, sin congestionamiento, el panorama de este sábado es diferente, un mayor un flujo de autos, quizás hasta tres veces más, camiones llenos de personas, otros medio vacíos.
En la avenida Gonzalez Gallo el panorama no es diferente y si a eso se le suma las maniobras que realizan los camiones de carga de las empresas asentadas en esta vialidad el congestionamiento es mayor por minutos.
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Pero también salidas como la de carretera a Chapala vuelve a retomar su caótica vida de sábados al medio día, ya que al igual que otras avenidas, esta hasta hace tres semanas lucía casi vacía, ahora el congestionamiento se siente y se vive de nuevo desde la Glorieta de El Álamo Industrial o desde el entronque de Lázaro Cárdenas.
Otro de los puntos en donde se pudo apreciar este aumento desmedido de personas y muchas de ellas sin cubrebocas y sin cuidar la sana distancia fue en el Centro de Guadalajara, en la plancha de Plaza de Armas, hasta se volvió a ver al niño cantante que busca llevar unas monedas a su casa.
Con la apertura de diversos negocios comenzaron a revivir sus glorias de congestionamiento personal previos al aislamiento social, en donde el panorama no es muy diferente al de otras zonas, es decir mayor número de personas caminando, incluso familias completas, sin tener la sana distancia y sobre todo sin llevar el cubrebocas.
Pero en el caso de Tonalá, también el panorama es complicado, muchas tiendas de venta de artesanías ya abiertas fue el centro de atracción de consumidores y tampoco se apreciaba que estuvieran preocupados de poder contagiarse ya que algunos ni cubrebocas llevaban pese a ir con menores de edad, incluso en las paradas del camión los usuarios del transporte público tampoco utilizaba protección alguna.