La polémica que representa el lenguaje incluyente, utilizando la “e” para señalar “todes” o el “todas y todos” ha desviado la atención de los problemas realmente importantes para lograr la equidad entre hombres y mujeres, dijo la escritora mexicana, Concepción Company, experta en sintaxis histórica y teoría del cambio gramatical.
“Me parece no solo artificial el lenguaje incluyente, sino peligroso, porque opaca problemas de fondo, de verdadera discriminación de brechas salariales, de derecho al aborto, de que nosotras tenemos que decidir por nosotras mismas, de no pedirle permiso a un Senado si decido abortar o no, si decido embarazarme o no”.
Además de la brecha salarial entre hombres y mujeres, las posibilidades que tienen los varones de acceder a un mejor puesto de trabajo, las cifras que ubican a la mujer como la de mayor responsabilidad en el cuidado de los hijos y del hogar y, sobre todo, la violencia de género y los feminicidios, son temas opacados con el lenguaje y los cambios gramaticales que incluyen la “e” para eliminar la “a” y la “o”.
“Es artificial, porque si fuera el movimiento real, se produciría en todas las etapas de la vida cotidiana de cualquier ser humano… Lo que estamos haciendo creo yo, es forzar una sedimentación histórica, creyendo que con eso las mujeres al decir ‘estimadas todas, estimados todos’ vamos a ser más visibles y es absolutamente arbitrario, porque no tiene nada que ver el mundo con la lengua”.
Parte de esa responsabilidad, dijo, la tienen los políticos y directivos de compañías importantes, que al referir el “todas y todos” en sus discursos, consideran que ya incluyeron a las mujeres, sin voltear a ver la realidad que enfrentan.
FRASE
“El lenguaje incluyente es peligroso, porque aplaca las conciencias de los machos y nosotras nos creemos que tenemos visibilidad”, Concepción Company, escritora mexicana.
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