La Catedral Metropolitana de Guadalajara recibió desde temprana hora de este domingo de Resurrección a cientos de miles de fieles, algunos acudieron para dar gracias, pagar una manda o bien hacer peticiones por su familia, trabajo y económica.
Aunque en la misa de las 12 horas no fue precedida por el Cardenal José Francisco Robles Ortega, el sacerdote que estuvo en la homilía llamo a los presentes a guiarse por el camino de la paz y buenaventura, así como proteger a la familia.
Mientras que la homilía se desarrollaba, en cada rincón de la Catedral se apreciaba diferentes hechos, por un lado en las televisoras que fueron colocadas en el templo se observaba un templo lleno y feligreses atentos al sermón del sacerdote.
El Templo Mayor para los feligreses católicos representa una esencia imborrable: una joven de 25 años con un ramo de flores en la mano derecha se acerca a la imagen del Señor de la Misericordia, retira el ramillete marchito y coloca las de ella, agacha la cara, se persigna al parecer hace una oraciones, levanta su rostro con un suspiro, limpia sus ojos y se retira lentamente como queriendo que su petición fuera concedida de inmediato.
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Por otro lado, una madre de familia para poder escuchar la homilía, sienta a su hijo quizás de unos cinco años de edad en una de las escalinatas, saca de su bolsa un celular y le pone a su hijo vídeos (caricaturas), una forma de distraer al niño y ella levantar sus plegarias durante la misa dominical.
En la Fiesta de la Pascua de Resurrección las familias acuden a los templos para que su Fe ilumine su camino y sus peticiones sean escuchadas.
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