A lo largo del año pasado en México se produjeron 58 mil toneladas de miel y Jalisco estuvo entre los estados de mayor producción.
Junto con la entidad destacan también Yucatán, Campeche, Chiapas y Veracruz, donde la apicultura es una importante fuente de ingresos y de empleos, según datos de la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (Sader) a nivel federal.
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Sin embargo, desde la llegada de las abejas africanizadas a México en 1986 el rendimiento promedio por colmena disminuyó aproximadamente 25% y la producción nacional de miel se redujo en 34% al cabo de 10 años de su introducción.
Por ese motivo, la dependencia dio a conocer que promueve acciones de selección y mejoramiento genético para reducir los efectos negativos de la africanización de abejas europeas e incrementar la productividad del sector apícola en el país.
Explican que el proceso de la africanización consiste en el establecimiento de las características dominantes de la abeja africana sobre las colonias de abejas locales que merman la producción de miel y otros derivados de este sector productivo.
Además, es considerada un problema socioeconómico y de salud pública que enfrenta la apicultura, un sector dedicado a la crianza y cuidado de estos insectos y a través de éste se obtienen productos como miel, jalea real, propóleo, cera y polen.
Al ser un problema de carácter genético el control debe ser constante para que los genes de las africanas no sean mayores a aquellos que expresan las características de producción.
Cabe señalar que en el país operan 40 criaderos dedicados a la producción de abejas reinas comerciales y productores de núcleos de abejas y tres más de abejas reinas progenitoras, los cuales implementan programas de selección y mejoramiento genético y cada seis meses realizan procesos de certificación.