De acuerdo a estudio realizado por investigadores del CUCS de laUniversidad de Guadalajara, en al menos 25 sitios de El Salto yJuanacatlán hay presencia de sustancias, como arsénico, mercurioy plomo, además de bacterias de carácter intrahospitalario.
Las poblaciones de los municipios de El Salto y Juanacatlán sonvulnerables no sólo a la contaminación del agua del ríoSantiago, que cruza cerca de sus calles, sino por respirar un airecontaminado con micropartículas de metales pesados y pesticidas,además de estar expuestos a bacterias patógenas.
“Encontramos, en primer término, arsénico, en un promedio de51% de la muestra; enseguida encontramos cadmio (metal), mercurio,plomo, níquel y zinc. Ese fue el orden de presencia según elporcentaje de peso atómico”, explicó Graciela González Torres,egresada de la maestría en Salud Ambiental del CentroUniversitario de Ciencias de la Salud (CUCS), que realizó elestudio.
En el análisis, González Torres tomó muestras de la tierra entres puntos de la cabecera municipal de Juanacatlán y 22 sitios deEl Salto, como en la colonia Obrera, Infonavit La Mesa, así comoel Centro y algunas escuelas.
Aparte de los metales pesados, dijo que encontraron cuatrobacterias patógenas nocivas para el sistema respiratorio, lascuales están comúnmente presentes en los hospitales.
Estas bacterias son estafilococo aureus (bacteria infecciosa enla piel); streptococcus pneumoniae (microorganismo patógenocausante de la Neumonía); klebsiella pneumoniae (bacteria queafecta los pulmones) y pseudomonas aeruginosa (bacteria que afectapulmones y vías respiratorias), que producen enfermedades desdefaringitis hasta neumonía, además de afecciones en la piel y losojos, como conjuntivitis, sobre todo cuando se trata de personascon un cuadro de defensas bajas o desnutrición.
“Nos llamó la atención que la pseudomonas está presente enlos 25 puntos estudiados, y con un promedio de cuatro a ochobacterias detectadas por metro cúbico de aire. Eso nos pone en unavulnerabilidad, pues esta bacteria, junto con la klebsiella, seencuentran dentro de los hospitales y no tendrían que estardiseminadas en el ambiente en las cantidades en las que seencontró”, indicó González Torres.
Felipe Lozano Kasten, académico del Departamento de SaludPública del CUCS y codirector de la investigación de tesis,señaló que el agua del río se evapora y dispersa loscontaminantes. “Cuando la cascada cae, el agua vaporiza y esevapor lleva las partículas o los contaminantes que ahora viajanpor el aire a la población o hacia las zonas periféricas a lacascada”.
Esta problemática detectada podría provocar enfermedades en lapoblación a largo plazo, debido a la penetración que lassustancias llegan a tener en el cuerpo mediante el alvéolo, unacavidad en los bronquios que realiza el intercambio de oxígeno conla sangre.
Advirtió el académico que “sí van en el aire, y sonpartículas menores a 2.5 pm (2.5 micras de diámetro) puedenpenetrar en el sistema respiratorio, el alvéolo, y por ser tanpequeñitas entran a la sangre, y ya en el aparato circulatoriollegan al hígado, el riñón y pueden pasar al cerebro.Dependiendo qué metal, qué exposición se tenga y por cuántotiempo, pueden empezar a estudiarse los daños”.
Esta investigación es la primera en explorar la presencia desustancias tóxicas y contaminantes en tierra y aire en la zona deconflicto socio ambiental de El Salto y Juanacatlán, en la quediversas organizaciones civiles han documentado la contaminacióndel agua por metales pesados.
Lozano Kasten, expuso: “Se encuentran en hospitales perotambién en un medio ambiente contaminado, donde es propicio esto.El agua, cuando tiene cierta oxigenación y contaminación, puedevenir en ella, pero también puede venir en los tiraderos, como elque tenemos ahí a un lado (Los Laureles). No sabemos exactamentede dónde viene todavía, pero de que está, está. Eso no esnormal y no debe existir”.