Las cifras quedan de lado, cuando en una mañana fría de enero sales de tu casa, en Zapopan, y camino hacia el Centro de Guadalajara, te encuentras con tres familias que en sus hogares velan, cada quien, a “su muertito” y luego una misa de cuerpo presente en el templo de Nuestra Señora del Sagrario.
Nos topamos entonces con la muerte de frente, aún así hay quienes caminan por las calles de la ciudad sin cubrebocas y otros sostienen a la fecha que se trata de un invento mundial de las grandes potencias.
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Muchos incluso ya no se sorprenden y siguen su camino. Otros no perdemos la capacidad de asombro “¿Por qué tanta muerte?"
Desde Atemajac al Centro de la ciudad, cruzando Lomas del Batán, solo ahí vemos tres “velorios caseros”.
¿No que estaban prohibidos los servicios funerarios? A muchos no les importa, total hay que despedirlos con honores o al menos un café. Muestran escepticismo ante las historias que narran casos de contagio y más decesos, que justo comenzaron durante un velorio.
Apenas unos días una joven mujer me narró que murió su tío. “Mi mamá quiso acompañarlo y darle el último adiós. Mis primas dijeron que había muerto por infarto, ya en la funeraria comentaron que “arreglaron” que en el certificado de defunción se omitiera como causa de muerte “neumonía, por Sars-Cov 2”.
Días más tarde su mamá empezó con los síntomas de un resfriado, dos semanas después “oxigenaba 84” y sus pulmones se fueron venciendo. Aceptó intubarse, “voy a regresar”, les prometió, y pasó navidad, pero no llegó a Año Nuevo. Murió. “Se la llevó su hermano”, ahora dicen como consolación.
En otra casa de Lomas del Batán cinco personas permanecen sentadas sobre sillas ubicadas en la cochera. El ataúd está en el interior de la finca: “es solo por unas horas, nos dijeron que podíamos llevarlos a casa, con cubrebocas, y despedirlo. De aquí lo vamos a llevar a cremar al panteón Guadalajara”.
Toman café y le rezan un rosario, que sus hijas encabezan, tenía 81 años. “Estamos haciendo tiempo, para que sus hijos, los varones, terminen el trámite, están sacando el acta de defunción y el permiso para cremar”.
En el Templo de Nuestra Señora del Sagrario se preparan para la misa de las 12. Es de cuerpo presente y la ceremonia apenas dura media hora. Difícil saber, como en otros casos, las causas de fallecimiento, pero también se había dicho que cualquiera que fuera el caso no habría ceremonias religiosas.
¿Cómo se contagiaron? Es la pregunta. A algunos les ofende, otros se miran entre sí y no responden. Los vecinos se alejan y en tono bajo responden: “Hicieron fiesta, los de allá la Nochebuena y los de enfrente, en Año Nuevo”. No hay que abundar más, ahí está la respuesta.
Los abuelos pagan la factura, Jalisco tuvo un reporte en las últimas horas de 80 muertos, la mayoría de 60 años y más.
Lo dijo la primera ministra de Alemania, Angela Merkel, el 9 de diciembre, previo a fechas navideñas. Retumbó en todo el mundo, en México y en Jalisco parece que no se escuchó: “Si ahora tenemos demasiados contactos y luego resulta que esta fue la última Navidad con los abuelos será que tal vez algo hicimos mal".