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En México, la corrupción representa pérdidas de entre el 5 y 10% del Producto Interno Bruto (PIB), mientras que la cifra mundial es del 2%, afirmó Roberto Martínez Yllescas, director de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) en México para América Latina.
Esas cifras, tienen un impacto negativo en las finanzas del país, pues la corrupción causa ineficiencia en el uso de recursos públicos, en el gasto y en la efectividad de políticas sociales. “Además, baja calidad de infraestructura, con casos desafortunados e incluso trágicos, encarece la inversión pública y por supuesto hay varios otros costos sobre la empresas, lo que constituye una externalidad negativa sobre el emprendimiento”.
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De acuerdo con la OCDE, entre 2006 y 2015 los mexicanos sienten menor confianza en sus autoridades y el declive va acompañado con mayor percepción de la corrupción, ubicándose México en el penúltimo sitio de los 37 miembros de la Organización, sólo superado por Guatemala, mientras que los países con menor percepción de corrupción son Dinamarca, Finlandia y Suecia.
Esto lo dio a conocer en la conferencia denominada “La corrupción, obstáculo para la competitividad en México”, impartida en la convención del Instituto Mexicano de Ejecutivos de Finanzas (IMEF), donde planteó la necesidad de fortalecer el Sistema Nacional Anticorrupción, e incluir en sus esfuerzos a dependencias como la Secretaría de Educación Pública y el Servicio de Administración Tributaria, para la elaboración de políticas nacionales de combate a la corrupción.
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La sugerencia de la OCDE incluye fortalecer la coherencia del Sistema Nacional Anticorrupción mediante acuerdos entre la Secretaría de la Función Pública y los grupos de trabajo del Sistema Nacional de Auditoría y con la Comisión Permanente de Contralores Estatales y Federales.
