/ lunes 11 de abril de 2022

Conoce la Judea Cora, un ritual ancestral Del Nayar que se niega a morir

Esta celebración religiosa, conjuga una visión propia con elementos del catolicismo

Nadie entra, nadie sale. Rosarito, municipio Del Nayar incrustado en la sierra, ha comenzado su ancestral ritual de la “Semana Santa Cora”, que inicia el miércoles por la tarde y concluye el sábado al anochecer. Los preparativos físicos y espirituales iniciaron desde el “Miércoles de Ceniza”, llevando además cada viernes un ritual para pedir que todo salga bien durante “La Judea”.

Todos los hombres del poblado, incluso los que aún no caminan tienen un rol en esta celebración que se hace en honor a la primera luna llena, posterior al equinoccio de primavera que da paso al temporal de las aguas, así como a la muerte y resurrección del Cristo Sol, enfatizando la muerte de éste. Durante dicho periodo el gobernador entrega su mando a los judíos (ejército del inframundo), convirtiéndose en una persona común y corriente, un recordatorio de humildad.


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La ceremonia representa la lucha entre el bando de la oscuridad y la luz. En la primera está el ejército de judíos o “borrados” (blancos y negros que al pintar su cuerpo pasan a ser guerreros astrales) que se encargan del orden del pueblo y en la que se tiene integrado al pitero, tamborero y marueco, este último debe resucitar supuestamente a los que murieron en el enfrentamiento. Del lado de la luz están tres Jesucristos, así como oficiales del templo, fariseos, mayordomos de las imágenes católicas y 2 niñas, una de blanco y otra de rojo, llamadas malinches (réplica de la Virgen) que son la representación de la diosa de la tierra y la luna, junto con dos soldados con sable de metal que están en parte del bando de la luz y la oscuridad.

Rosarito está construido en forma de jícara, como creen que es el mundo. A su alrededor hay una calle que forma el circuito procesional. En el oriente está el templo católico, al poniente está la Casa de Gobierno y al centro una remada. Fuera del pueblo en el oriente se encuentra una fuente de agua donde se borran los judíos negros y otra al poniente donde se borran los judíos blancos. Asimismo, se genera el agua sagrada, trayéndolo de 4 fuentes ubicadas al extremo del territorio comunal.

En la ceremonia se forman dos filas de judíos que representan serpientes y que a su vez representan el océano y la oscuridad que invade la comunidad que están matando al sol. Por eso que los judíos se mueven serpenteando por la calle procesional entrando al pueblo a puntos específicos.



El jueves temprano toman los judíos negros la comunidad. En la tarde se unen con los judíos blancos y bailan junto al fuego sagrado hecho con las hojas secas de la ramada en la plaza del pueblo. A la media noche, la “serpiente” llega al templo donde está Cristo el anciano o sol del poniente, rodean éste y lo matan. Después matan al Cristo niño o sol naciente, y dan la vuelta con él por la calle procesional.

Por último, a las 3pm del viernes dan muerte al tercer Cristo, figura de 30cm hecha de cera de abejas nativas, que se esconde y se rastrea para destruirla no sin antes haberla castigado por cometer incesto con su madre el día de Carnaval. Los dos bandos de judíos se enfrentan en batalla una al oriente o otra al poniente, ganando en una los judíos blancos y en la otra los negros. Después de esto, se resucitan por el marueco y se abrazan ambas partes.

El Sábado de Gloria, Cristo resucita, los demonios se destruyen y regresan al río, se restituyen los poderes a las autoridades civiles y se logra el equilibrio cuando se lleva a cabo la última procesión al templo católico, presidida por Cristo, la Virgen María y San José, además de los fariseos, los judíos, los músicos y la gente de la comunidad.

En “La Judea”, estudiada por el antropólogo, Jesús Jáuregui, hay dos ritos de paso: la primera es se refiere al cambio de etapa de la sequía a la de lluvias (siendo una petición de agua) y la segunda es la conversión de los adolescentes a hombres guerreros cósmicos. Esta ceremonia se realiza en varias comunidades Coras y Wixáricas y se ha mantenido muy privada siendo difícil lograr la confianza de la comunidad. El antropólogo, aclaró logró documentarlos gracias a mucha paciencia y a obtener sus permisos.

Esta celebración religiosa, conjuga una visión propia con elementos del catolicismo, en el que el pueblo Cora se apropió de elementos del catolicismo y les dio un significado propio compatible con sus creencias, resultando en ceremonias como “La Judea”. A pesar del mestizaje los Coras no olvidaron sus raíces, y se adaptaron en un proceso de idiosincrasia para sobrevivir la colonización.

Nadie entra, nadie sale. Rosarito, municipio Del Nayar incrustado en la sierra, ha comenzado su ancestral ritual de la “Semana Santa Cora”, que inicia el miércoles por la tarde y concluye el sábado al anochecer. Los preparativos físicos y espirituales iniciaron desde el “Miércoles de Ceniza”, llevando además cada viernes un ritual para pedir que todo salga bien durante “La Judea”.

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El jueves temprano toman los judíos negros la comunidad. En la tarde se unen con los judíos blancos y bailan junto al fuego sagrado hecho con las hojas secas de la ramada en la plaza del pueblo. A la media noche, la “serpiente” llega al templo donde está Cristo el anciano o sol del poniente, rodean éste y lo matan. Después matan al Cristo niño o sol naciente, y dan la vuelta con él por la calle procesional.

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El Sábado de Gloria, Cristo resucita, los demonios se destruyen y regresan al río, se restituyen los poderes a las autoridades civiles y se logra el equilibrio cuando se lleva a cabo la última procesión al templo católico, presidida por Cristo, la Virgen María y San José, además de los fariseos, los judíos, los músicos y la gente de la comunidad.

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