Sus caras reflejan el cansancio, las huellas que dejan los cubrebocas y los goggles, su mirada es de impotencia, de dolor, decepción, hartazgo de que la gente no haga caso, porque a ellos les toca atenderlos, ver su sufrimiento al contagiarse de Covid-19, de verlos que se les dificulta respirar o llegar a lo inevitable: su muerte. Es la comunidad médica que está gritando en todos los tonos, hasta con su silencio: ¡Entiendan, quédense en su casa!
Entérate:
Son doctores, doctoras, enfermeras, enfermeros, camilleros, paramédicos y todos los que están en la primera línea que ven día a día cómo se van incrementando los casos de contagios y de muertes, la falta de conciencia de decir: “Ya estoy harto de estar encerrado (a)”, pero ellos también pueden decir: “Yo también estoy harto de atender a gente inconsciente que por no hacer caso se le atendió y murió por llegar en condiciones imposibles de salvarlos”, pero no lo hacen, porque ya sea por convicción, por su juramento como médicos y porque es su deber salvar vidas aunque la gente no lo quiera.
Les da coraje e impotencia ver lugares atestados de gente, donde las autoridades no midieron estas consecuencias, tampoco se la creyeron, se dijo desde un principio por las autoridades federales de Salud que la pandemia sería larga en México, que habría muchos casos, imposibles de contar porque en un gran porcentaje serían asintomáticos, que la lucha sería evitar el mayor número de contagios, de muertes y que los hospitales no colapsaran y no se pudiera atender a las personas.
Por eso fueron las diferentes fases que se implementaron a nivel nacional, por eso tenían cada una un porque Jalisco será de los últimos estados en llegar al pico mayor de la pandemia, pero no se ha entendido que entre más se mantengan las medidas, se estará más protegidos.
Chécalo:
El mensaje de auxilio lo han estado replicando médicos y enfermeras, sus familiares que conviven con ellos y que reclaman con un “No se vale”, ellos están partiéndosela día a día, traer el equipo de protección de seis a 10 horas sin poder comer o hacer sus necesidades porque ello implica cambiarse con un equipo nuevo.
Lo más triste es que varios de ellos han optado por mandar a sus hijos a otras partes para cuidarlos y evitar contagios o se han ido a dormir a otros lugares fuera de sus casas para no contagiar o “los que ya murieron por haberse contagiado atendiendo a pacientes y aún así no entienden”.
Este es el llamado de la comunidad médica a través de las redes sociales, de sus familiares, hijas (os), sobrinos, papás que le insisten a las personas no salir a menos sea una emergencia.
