A pesar de que la misma señalética indica que son para cierto sector de la sociedad con alguna necesidad, los elevadores del Tren Eléctrico, así como los de Mi Macro Periférico son usados de manera indiscriminada por ciudadanos en general.
En un recorrido hecho por algunas estaciones se constató que chicos y grandes por igual son asiduos de los elevadores, lo que genera en muchas de las ocasiones que quienes de verdad los necesitan tarden un poco más para poder usarlos ante la saturación de los mismos.
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"Me ha tocado esperar hasta dos (elevadores) para poderme subir, porque están bien chiquitos y como estamos hasta abajo, lo detienen arriba y muchos que no lo requieren se suben y a esperar, yo no puedo subir escaleras por mis rodillas", expresó doña Laura Aguirre, en la conexión entre la Línea 1 y la Línea 3 del tren en Ávila Camacho.
"A veces hasta miedo me da subirme porque se apretujan todos y vamos con el temor de que se queden atorados como ya ha pasado en otros lados, yo por eso prefiero mejor esperarme, aunque me tarde un poco más", añadió don Roberto Balderas.
Personas con discapacidad, embarazadas, adultos mayores o mujeres con carriolas son los que pueden hacer uso de estos, no obstante, y aunque en el caso de la Línea 3 hay incluso escaleras eléctricas, niños, jóvenes y adultos en general optan por los elevadores también confiados en que ningún guardia les dirá nada.
Esto ocasiona no solo la saturación del servicio sino de su capacidad, pues incluso cuando ya se ha dicho que preferentemente no se deben subir más de cuatro personas, muchas de las veces esta regla no se sigue al grado de que se han presentado casos en los que la gente se queda varada.
En la estación de Río Nilo, de la Línea 3, ya ha pasado esto último, sin embargo, también ha habido casos en los que de plano no funcionan, pues de acuerdo a varios usuarios, por ejemplo, en la estación de Circunvalación Country en más de alguna ocasión uno está fuera servicio.
Para el caso de Mi Macro Periférico es una situación similar, no obstante, también el retraso de la instalación de los elevadores restantes en varias estaciones genera complicaciones para personas de la tercera edad sobre todo, al momento de querer llegar a una de las estaciones.
La estación Vallarta es una en donde todavía se hacen trabajos para que queden utilizables, y aunque el puente peatonal para ingresar a la estación es de rampa, más de algún adulto mayor se acerca a los elevadores con la esperanza de que funcionen. Mientras que en otras como en la conexión con Periférico Belenes –con la Línea 3-, se ha observado que mujeres en carriolas deben bajar a sus hijos y llevarlos de la mano para cargar el carrito por las escaleras.