Niños y adolescentes de Autlán de Navarro, Jalisco, tienen en sus cuerpos hasta 10 o 12 tipos de plaguicidas, según revelan exámenes que ordenó la Comisión Estatal de Derechos Humanos Jalisco y con base a los cuáles giró una recomendación por violaciones de los derechos humanos a la legalidad y seguridad jurídica, a la protección del derecho a la salud, al medio ambiente sano, y a los derechos de la niñez, atribuidos a la Secretaría de Salud Jalisco, a la Secretaría del Medio Ambiente y Desarrollo Territorial, a la Procuraduría Estatal de Protección al Ambiente, a la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural, a la Secretaría de Educación Jalisco y al Ayuntamiento de Autlán de Navarro.
Sin embargo, el alcance es mayor y se extiende a un total de 10 autoridades estatales y 125 municipios, incluyendo diez de la región, por el manejo inadecuado del glifosato.
Interviene CEDHJ de oficio
Una serie de notas aparecidas en varios periódicos entre los días 7 y 19 de agosto del 2019, entre ellos El Occidental y titulada “Detectan pesticidas en felinos y caninos en la Sierra de Manantlán”, dieron origen a una queja de oficio y una larga y amplia investigación que incluyó a niñas, niños y adolescentes en las localidades de Ahuacapán y El Mentidero, en Autlán de Navarro; quienes presentaban frecuentemente dolores de cabeza, irritación de ojos, náuseas y vómito.
Ahí se visibilizó el hallazgo de residuos agroquímicos en las y los menores de edad, además de la presencia de éstos en la flora y fauna silvestre, lo que fue corroborado por los investigadores y la rectora del Centro Universitario de la Costa Sur de la Universidad de Guadalajara y del Centro de Investigaciones y Estudios Superiores en Antropología, quienes además afirmaron haber encontrado residuos de agrotóxicos en la fauna de la región, localizada en las regiones Sierra de Amula y Costa Sur, así como en el agua del Río Ayuquila, al parecer derivada por el uso de productos agroquímicos en el valle de Autlán de Navarro, aunado al manejo incorrecto que de los mismos se hacía.
¿Cómo llegaron los plaguicidas a niñas y niños?
La misma investigación puso en evidencia que parte de las niñas, niños y adolescentes que presentaron plaguicidas en su organismo, son alumnos de la escuela primaria “Venustiano Carranza”, en El Mentidero, de la que posteriormente se supo que era constantemente fumigada durante la mañana, cuando las y los menores de edad se encontraban en clases, lo que les provocaba diversos síntomas; dicha parcela pertenecía al plantel, y las personas que en su momento estuvieron a cargo de la dirección de ese centro escolar, la rentaban a un agricultor que la trabajaba, y fueron omisas en dar aviso a las autoridades de la Secretaría de Educación Jalisco, sobre el contenido del contrato de arrendamiento de la parcela escolar, pues estaba violentando los derechos humanos de las y los alumnos; toda vez que de acuerdo con lo establecido en la Ley Agraria, el uso de las parcelas escolares, debe ser destinado a la investigación, la enseñanza y divulgación de prácticas agrícolas, lo que no se hizo en este caso.
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Pero los plaguicidas parecen estar en todas partes y la CEDHJ tiene su conclusión: “En el presente caso, las malas prácticas por el uso, manejo y aplicación de agroquímicos utilizados en los cultivos; así como la mala disposición y manejo de los envases de plaguicidas, han generado degradación en la calidad de vida de los habitantes del valle de Autlán de Navarro”.
Restos de los tóxicos se localizaron en las heces fecales de felinos de las regiones Sierra de Amula y Costa Sur, también se pudo advertir la presencia de pesticidas, explicada por la movilidad de especies pequeñas, que bajan a consumir a las zonas de cultivo; o bien, como parte de una cadena alimenticia en la que debe considerarse la contaminación en las aguas superficiales.
De la muestra de agua que personal de esta Comisión recabó del pozo de suministro de agua de la localidad El Mentidero, se pudo establecer que algunas partículas de agrotóxicas, se encontraban no solamente en el aire, sino en el agua, y en la tierra. Asimismo, se demostró la presencia de nitratos en el agua potable de Las Paredes, también delegación de Autlán de Navarro.
La recomendación
De ahí pues que considera que es urgente la intervención de las autoridades de los tres niveles de gobierno para rectificar el escenario, cambiar malos hábitos y usos de los plaguicidas y buscar técnicas y jurídicas más viables para garantizar la calidad de vida.
Esto implica participación y esfuerzo desde el presidente municipal de Autlán, que deberá otorgar todas las medidas de restitución, rehabilitación, compensación, satisfacción y garantías de no repetición que resulten procedentes; a la reparación del daño y atención de la salud de los afectados,
También contempla que la autoridad municipal en coordinación con la Conagua y la Comisión Nacional Forestal y autoridades estatales competentes, de manera concurrente, se gestione, diseñe y ponga en marcha un plan a corto, mediano y largo plazo, para la reforestación y restauración ambiental en los ecosistemas ribereños del río Ayuquila dentro del territorio que abarcan los límites municipales.
Al Secretario de Salud para que procure cursos de capacitación al personal de la Jurisdicción Sanitaria VII, sede Autlán de Navarro, sobre las acciones de vigilancia y supervisión en el empleo, uso, manejo, aplicación y deshecho de envases de agroquímicos en el valle de Autlán de Navarro, establecidas en la Ley de Salud del Estado de Jalisco, para la protección del derecho a la salud y al medio ambiente sano.
En su respectivo ámbito, la recomendación alcanza a las siguientes dependencias: Sectetaria del Medio Ambiente y Desarrollo Sustentable (SEMADET); Secretaria de Educación de Jalisco; Secretaria de Agricultura y Desarrollo Rural; la Procuraduría Estatal de Protección al Ambiente; la Comisión Estatal de Atención a Víctimas; el Congreso de Jalisco; Secretaria de Gestión Integral del Agua; la Dirección de la Reserva de la Biósfera de Manantlán y los 125 municipios, incluyendo los 10 donde se centra el problema y que son: Autlán, Ejutla, El Limón, El Grullo, San Gabriel, Tolimán, Tonaya, Tuxcacuesco, Unión de Tula y Zapotiltán de Vadillo, que conforman la Junta Intermunicipal del Río Ayuquila.
La intención es tener un diagnóstico integral sobre la contaminación en la zona, poner en marcha un proceso para la reforestación y restauración ambiental en los ecosistemas ribereños del río Ayuquila y en coordinación con autoridades federales, de acuerdo a su clasificación como “residuo peligroso por giro industrial y proceso”, se elabore un plan adecuado para el manejo integral de los desechos relacionados con plaguicidas, y promuevan la creación de infraestructura para el manejo integral de residuos peligrosos agrícolas en los municipios que abarcan la cuenca hidrológica del río Ayuquila.
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