Para visibilizar la situación que viven las y los niños migrantes, sobre todo aquellos que cruzan la frontera sur de México, fue creado el “Seminario Niñez Migrantes” encabezado por el Colegio de Sonora y que desde hace 10 años ha trabajado en investigaciones en migración de transito e internacional.
En entrevista, la investigadora de esta casa de estudio, Gloria Valdéz, indicó que la crisis de migración que actualmente se vive en países como Honduras, Guatemala y El Salvador, en dónde México está en medio, “no es algo nuevo y pudiera asimilarse a lo ocurrido en el 2013 y 2014, que se denominó crisis humanitaria con el paso de cerca de 50 mil niñas, niños y adolescentes no acompañados” por padres, tutores o familiares y que provenían de Centro América.
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Parte del trabajo de investigación de campo sobre estos chicos y los riegos a los que se exponen al “pasar su principal muro, que es México” fue documentado en el libro “Tránsito y retorno de la niñez migrante” editado por El Colegio de Sonora.
“Pudimos observar que los niños menores de edad, no acompañados, se exponen a ser medicados por los polleros o coyotes que los van a cruzar, muchas veces llegan con enfermedades gastrointestinales, respiratorias. Aunque también pueden ser captados por el crimen organizado o las señoritas de 16, 17 años por ejemplo llegan pidiendo anticonceptivos para evitar algún embarazo pues haber sido violentadas sexualmente en su trayecto por nuestro país, antes de llegar a la frontera con Estados Unidos”.
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En lo documentado por los investigadores, y que se puede encontrar en el libro, es que al momento que los menores de edad son captados por la policía fronteriza, son sometidos a tortura “por encerrarlos en camionetas donde además del calor que hace, los agentes le suben la temperatura de la calefacción, antes de ser repatriados los ponen en celdas que no tiene contacto con el exterior, obscuras, donde pierden la noción del día o la noche”.
Añadió que lo que vive actualmente México es solo la repercusión de no haber tomado las medidas de atención migratorias adecuadas, no en el sentido de la militarización, sino en un esquema de reacción humanitaria.
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