Este 12 de marzo, Beatriz Mora Medina rendirá protesta como presidenta del Consejo Coordinador de Jóvenes Empresarios de Jalisco y será la primera mujer en ocupar ese cargo, en medio de los movimientos que buscan mayor reconocimiento para las mujeres y un alto a la violencia de género.
Betty, como la conocen sus compañeros empresarios, desde hace al menos seis años comenzó a adentrarse en temas de género, al encontrar mucha inequidad.
“Como mujer, siento que hay muchas expectativas y al mismo tiempo mucho trabajo que hacer en pro de la equidad de género, para que sea realmente efectivo, porque de repente se distorsiona con igualdad y la equidad es darle herramientas, para que de verdad trabajen en un piso parejo las mujeres y los hombres en cualquier instancia”.
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De acuerdo con sus cifras, hay casos de mujeres que perciben un salario 30% menor que los varones, por cargos similares, además de que son pocas las mujeres por cargo directivos en las industrias de Jalisco.
“Todavía existe el miedo de contratar a una mujer en su edad reproductiva, porque si va a ser mamá es una pérdida para la empresa y ahí hay muchísimos temas qué trabajar e igualmente si ya estamos pensando en un tema de colaboración entre el hombre y la mujer para el desarrollo familiar, también es necesario generar cultura de que la mujer no es la única que tiene que tener prestaciones al momento de crecer la familia”.
Además, promoverá que desde el interior de las empresas se den las buenas prácticas y se facilite llevarlas al exterior por parte de sus colaboradores.
“A los jóvenes nos toca mucho trabajar la responsabilidad social y ver cómo desde empresarios vamos a impulsar que nuestra sociedad sea mejor, desde lo interno de nuestras empresas, hacia nuestros colaboradores y las buenas prácticas que debemos llevar en cuanto a salarios y prestaciones, para que nuestros colaboradores tengan una mejor calidad de vida y eso se vea reflejado en sus familias y en la comunidad”.
En materia de innovación, aseguró que la implementación de nuevas tecnologías no representa que habrá menos espacios para el trabajo de humanos, sino “quitarle la talacha” y así, mejorar la calidad de los empleos, pero siempre, cuidando el medio ambiente, porque “es una obligación y una responsabilidad” atenderlo, independientemente de la industria
