Cinco gobernadores han pasado en 27 años desde que ocurrieron las explosiones del 22 de abril de 1992 y aún quedan muchos pendientes, señaló Lilia Ruiz Chávez, presidenta de la Asociación 22 de Abril en Guadalajara y aseguró que la administración de Emilio González Márquez, fue la peor para ellos.
“Queda pendiente incorporar a nueve compañeros, eran 14 y ya fallecieron cinco, indemnizar a 10 familiares de quienes sus familiares fallecieron, ayudar a poder conseguir una vivienda a 10 compañeros que por ser niños en el tiempo en el que sufrieron las heridas los dejaron con una incapacidad permanente les ha sido imposible comprar una vivienda ahora que ya formaron su propia familia” explicó la activista.
Ruiz Chávez agregó que entre los pendientes queda la construcción del Monumento 22 de abril del arquitecto Juan Alzagorta que resultó ganador de su una licitación del gobernador interino Carlos Rivera Aceves, además “que nos hagan justicia y se pida al gobierno Federal que se responsabilice a Pemex de las explosiones”.
De los cinco gobernadores que han pasado en estos 27 años dijo que en el caso del panista “Emilio González Márquez, pasó como si fuera de noche, él nunca nos quiso recibir, nunca nos quiso escuchar y no hizo por nosotros absolutamente nada, Francisco Ramírez Acuña fue opresivo y con él tuve que huir de Guadalajara para preservar mi vida porque me andaban hostigando, me encerró en la penal” para dejar su lucha.
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Y con Aristóteles Sandoval esperaban que con el regreso del PRI al gobierno o del Estado les resolviera todo lo que estaba pendiente ya que una administración de su partido había sido la que estaba al momento de la explosión y tampoco pasó nada.
La afectada por estos hechos dijo que son sucesos “que quedan grabados y a nosotros nos marcó en el cuerpo y en la mente para siempre”, en su caso ella iba al mercado ese día ya que había regresado de un viaje por ser temporada de vacaciones y las explosiones le tocaron en el camión, precisamente cuando iba al mercado.
“Abordé un autobús de la ruta 333 y a tres cuadras de donde me subí me tocó la explosión, en la esquina de Río Pánuco y Río Lagos”, tras lo cual dijo no recordar nada “creo que mi cerebro bloqueó ese momento tan difícil, no recuerdo ni siquiera haber sentido un golpe o haber sentido nada, perdí el conocimiento, cuando lo recuperé me estaban rescatando de los escombros del drenaje”.
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Lilia Ruiz recuerda que tenía heridas por todo el cuerpo, raspones, fracturas en la columna, perdió una pierna y llena de raspones, así la llevaron al hospital.
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