La desaparición del Instituto Jalisciense de Asistencia Social (IJAS) trajo consigo que alrededor de 70 trabajadores de la Unidad Asistencial para Personas Indigentes (UAPI) ya no los dejaran laborar desde el pasado jueves.
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De aquel día y hasta este lunes, en guardias, los empelados permanecen afuera de las instalaciones de la UAPI a modo de manifestación por considerar que se violaron sus derechos laborales.
"Hemos recibido llamadas de que acudamos a la Secretaría de Finanzas y que dentro de siete días nos van a hablar para informarnos en dónde vamos a recoger la liquidación sin habernos consultado nada" al referir que entre los 70 empleados hay personal de base con cinco, 10, 15 y hasta 30 años de antigüedad como administrativos, psicólogos, enfermeras y de limpieza.
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"Es una injusticia porque había algunos que estaban por jubilarse y otros que somos cabeza de familia, que tenemos créditos hipotecarios, nadie se ha acercado para explícanos o decirnos que está pasando o que sigue", expresaron algunos de los trabajadores.
Refirieron que actualmente en la UAPI se brinda atención médica y asilo a cerca de 300 personas que padecen demencia senil y problemas psiquiátricos, a los cuáles aseguraron que no se les ha brindado la atención adecuada ni se les ha sumintrado los medicamentos que requieren ya que "son voluntarios y pasantes quienes estás ahorita atendiendolos, personas que no están capacitadas y que no conocen quién es quién ni cuáles medicinas toman, a algunos pasiente que se les pone insulina diario no se les ha sumintrado".
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"Algunos de los que estamos aquí nos pasamos como voluntarios un ratito para ayudar (...) mucho del tratamiento se suponía que lo aportaba la institución, pero hasta ahorita no sabemos que pasa. Hasta el momento no se les ha brindado los medicamentos como es, hasta los mismos pasientes te lo dicen que no les han dado la medicina".
Los trabajadores añadieron que este martes se realizará una rueda de prensa por la tarde para dar a conocer sus inconformidades en las formas en las que el Gobierno del Estado atropelló su estabilidad laboral.