La primera ocasión que la empresa Lomedic apareció en los archivos de la agencia estadounidense DEA fue en el 2008. Entonces, Carlos Lomelí Bolaños aparecía como empresario exitoso y sin pretensiones políticas, pero “boletinado” por el departamento del Tesoro. Dos años más tarde el tema fue solventado.
El asunto no es nuevo. Entonces, de acuerdo al comunicado de la agencia estadounidense se vinculaba a dicha empresa por tener contacto con el cártel de Sinaloa, al que surtía de sustancias controladas para la elaboración de metanfetaminas.
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A los ciudadanos estadounidenses se les prohibió hacer cualquier tipo de negocio con Lomedic y a la empresa se le aseguraron sus cuentas bancarias que hoy se sabe contenían las sumas de 602 mil dólares, un millón 954 mil dólares y 100 mil dólares, respectivamente.
Lomelí Bolaños anunció entonces que junto con sus abogados iniciaba la defensa de la empresa en el vecino país del norte.
Mientras tanto, en México, a partir del año 2000 pasó a ser proveedor del gobierno del Distrito Federal, justo con la llegada de Andrés Manuel López Obrador y al menos durante dos administraciones más fue el encargado de dotar de medicinas a las administraciones siguientes.
Cuando en el 2006 fue candidato a senador por el Movimiento Progresista y perdió, él aseguraba que ese asunto en Estados Unidos ya iba en vía de solución jurídica y quedaba atrás.
Quien también fue dueño de Solfran y Abisalud -empresas que también aglutinaron gran cantidad de contratos con el sector salud a nivel estatal y federal- regresó a la política en el 2012 a la político, ahora para competir por una diputación federal por el partido de Movimiento Ciudadano.
Carlos Lomelí aseguró entonces que el pendiente con la DEA y con los Estados Unidos estaba solucionado en su totalidad, él vive en Houston, su familia habita allá y él tiene el Global Entry para pasar la frontera sin pisar migración.