Amenazas, censura, autocensura generada por presiones de gobiernos o de bandas de delincuentes, impunidad, noticias falsas o presión de autoridades para no permitir la publicación de ciertos temas son algunos de los desafíos que deben de enfrentar los periodistas para ejercer su profesión en un país que se ha convertido de nueva cuenta en uno de los más peligrosos, prueba de ello son los 43 reporteros asesinados en lo que va de la administración del presidente Andrés Manuel López Obrador.
Durante el panel llamado “Los Desafíos del Periodismo Hoy”, en el foro que organizó la Universidad de Guadalajara (UdeG) se abordó estos tópicos y que fueron presentados por la moderadora Adela Navarro, quien desde su punto de vista algunos de los desafíos que enfrenta el periodismo es la censura y la autocensura que puede ser por presiones de gobierno o del crimen organizado “que es lo más común y lleva a cuestionarse si vale la pena realizar investigaciones sobre este tema del narcotráfico” o no ante los riesgos e inseguridad que implica.
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Otros de los desafíos presentes son la presencia de las nuevas tecnologías que ponen en jaque a los medios tradicionales para buscar alternativas y regresar a sus lectores a través de otras plataformas y productos informativos, así como evitar la llamada inmediatez de la noticia, principalmente en las redes sociales ya que se deja de lado el tema de la investigación por el asunto de quién subió primero la información.
También hay que afrontar el reto de la opacidad a la que los gobiernos entraron con pretexto de la seguridad nacional, la impunidad de los delincuentes, la opacidad disfrazada de hermetismo en las fiscalías o el Poder Judicial, las amenazas contra periodistas por querer hacer público lo que el gobierno pretende cubrir como masacres, ejecuciones, entre otras y los tres años del gobierno de López Obrador van 43 periodistas asesinados y con ello México se convierte en uno de los de mayor riesgo para ejercer el periodismo y se le suma la polarización social.
Jorge Zepeda Patterson, indicó que en este momento la peor tragedia que enfrenta el periodismo y pone en riesgo el sentido de la profesión es sin duda “el quiebre del negocio de que en más de 200 años marcó el periodismo”.
Dijo que las empresas periodísticas están prácticamente en la lona y la pregunta que se puede hacer es si puede existir a futuro un modelo de negocio que asegure la existencia de “un gremio profesional que se llame periodistas, si hay una remuneración de parte de la comunidad para ejercer esta actividad en el futuro y eso es un absoluto quiebre de paradigma con respecto a lo que sucedido”.
Como ejemplo dijo que los periódicos en los que ellos se iniciaron en esta profesión en sus tiempos eran entre dos o tres veces el tamaño de lo que hoy en día son, en donde les tocó dirigir redacciones distintas a las que se tienen en este momento, sucede en todos los ámbitos radio, televisión, prensa escrita y no se ve una salida fácil y por lo cual es necesario buscar opciones ante la información gratuita que circula en las redes sociales.
Uno de los desafíos más importantes es el tema de las redes sociales en donde se desvirtúa el sentido de la información y es más viral el insulto y la descalificación, que un reportaje o una reflexión en ciertos temas de interés, pero también los editores se han contagiado de la necesidad de la inmediatez y ser exitosos con un material.
Ricardo Raphael, mencionó que el periodismo está en crisis, pero no muerto, sólo tiene una crisis del modelo de negocios y eso lleva a una crisis a la profesión. Aunque desde su punto de vista se ha sido poco cuidadoso con el ejercicio periodístico como es la falta de condiciones adecuadas para ejercerla, periodistas sin seguro social, salarios bajos y eso es impedimento para que decir la verdad.
Es por eso que desde su punto de vista no se tienen las condiciones para desarrollar temas complicados y no es lo mismo hacerlo en Michoacán que desde el Paraninfo Enrique Díaz de León, donde se desarrolló el foro. Pero también una cosa es decir los hechos de sangre es posible, pero investigar quién era la víctima, de dónde era y qué hacía, no se cuentan con las condiciones materiales para realizarlo.
A esto se le suman las condiciones éticas para poder realizar el trabajo y el llamado conflicto de interés que hasta hace poco era irrelevante y aseguró “que nos han hecho mucho daño colegas que se han dedicado a actividades que abiertamente tuvieran conflicto de interés porque en efecto nos han hecho ver al resto como si también aceptásemos” publicidad para sus páginas o por el ego.
Héctor de Mauleón contó historias de terror en donde recordó que un amigo del norte había sido nombrado jefe de información y a los pocos minutos le llama de un grupo de delincuentes para ponerse a sus órdenes y así continuaron las llamadas para imponer notas con nombres o de ocultar información.
Dijo que esta situación la han vivido incontable número de periodistas que se enfrentan a la amenaza de los grupos de delincuencia, se tienen zonas silenciadas en Michoacán, Gurrero, Tamaulipas, Zacatecas, Chihuahua, Veracruz porque han sido controladas por los grupos delincuenciales.
Uno de los desafíos es el bombardeo negativo que se da desde la cúpula del poder en donde se siembra la edad de que hay un sector crítico que se opone al avance de un país porque persigue compromisos distintos a los del país, situación que no es normal.
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